Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos
Capítulo 2. Claros de dosel en bosques nativos templados de Chile y Argentina: Conocimientos actuales y desafíos para el futuro — 37 pues ellas estarían creciendo sobre o alejadas de las plantas que serían potenciales competidoras (Harmon y Franklin 1989). En varios estudios se ha documentado la influencia negativa que puede tener diferentes profundidades de hojarasca, a tra- vés de la inhibición de germinación de semillas de varias especies y el posterior establecimiento de las plantas (Peterson y Campbell 1993). En general se indica que la regeneración podría tener una limita- da capacidad de penetrar y emerger a través de la capa de hojarasca (Kitajima y Fenner 2000). Especies que poseen semillas de gran tamaño podrían tener mayor éxito en la posibilidad de emerger desde suelo y hojarasca de mayor profundidad (Kitajima y Fenner 2000, Christie y Armesto 2003). En cam- bio, plantas de especies con semillas de pequeño tamaño aumentan su capacidad de reclutamiento en la medida que se produce remoción de hojarasca, que el suelo mineral queda expuesto o tienen se en- cuentran sobre restos de madera en descomposición (Christie y Armesto 2003). Para el caso de los bosques templados de Chile y Argentina se ha descrito que habría especies que mejorarían sus tasas de germinación en la medida que las semillas se encuentran en claros de dosel (Figueroa y Hernández 2001). Las plantas de regene- ración de especies del género Nothofagus se estable- cerían mejor en condiciones de luminosidad mode- radamente altas, donde el suelomineral se encuentre expuesto (Veblen et al . 1996). Sin embargo, en el in- terior de bosques de maduros Nothofagus betuloides , Nothofagus dombeyi y Nothofagus nitida se establecen con preferencia sobre troncos o tocones en descom- posición (Lusk 1995, Veblen et al . 1996, Promis et al . 2010, González 2016), todas especies de semillas pe- queñas. En este sentido, Lusk (1995) y Christie y Armesto (2003) muestran en general que especies de semillas pequeñas (0,1-2,0 g), tales como Eucryphia cordifolia , Laureliopsis philippiana , Tepualia stipularis y Weinmannia trichosperma se establecen preferente- mente sobre madera en descomposición, en cambio, semillas de mayor tamaño como Podocarpus nubige- na (450 g) se establecen sobre suelo del bosque que no presenta disturbio. Por otro lado, las plantas de regeneración de bosques de Nothofagus pumilio se en- cuentran establecidas en troncos con alto grado de descomposición y sobre hojarasca, con o sin ramas a su alrededor (Toro 2014). En bosques el micrositio de regeneración para Austrocedrus chilensis ha sido caracterizado con presencia de hojarasca, tanto de la misma especie como de Nothofagus antarctica , hier- bas, alta cobertura de musgos y presencia de arbus- tos (Gobbi y Schlichter 1998). No obstante, son muy pocos los estudios que han documentado la existencia de variaciones de micro- sitios en claros de dosel. Heinemann et al . (2000) y Heinemann y Kitzberger (2006) documentaron que la supervivencia de la regeneración de Nothofagus pumilio se encuentra muy influida por la disponibi- lidad de humedad del suelo en condiciones de bos- ques más secos, prefiriendo las plantas en este caso condiciones sombrías hacia el norte del claro y sobre madera en descomposición. González et al . (2015) en- contraron que en general una alta densidad de plan- tas de regeneración se encontraría asociada con una baja cobertura y competencia de especies del género Chusquea en claros de dosel, y que grandes troncos en claros también influirían positivamente la den- sidad de plantas arbóreas en bosques maduros del tipo forestal Roble-Raulí-Coihue en la Cordillera de los Andes. Sin embargo, un estudio más específico en un bosque de Nothofagus betuoides , se detalla que las plantas de regeneración se encuentran estableci- das hasta en 16 micrositios distintos, siendo los más utilizados los residuos de madera alta y mediana- mente descompuestos (González 2016). Sin embargo, no todos los micrositios de regene- ración son efectivos para el crecimiento posterior de las plantas, y en ese sentido habría que considerar la existencia del nicho de crecimiento (O’Hara 2014), o el cambio en nicho ontogenético (Young et al . 2005), donde la regeneración establecida puede llegar ser competitivamente exitosa en esa condición ambien- tal (O’Hara 2014). Por lo tanto, habría que considerar que un sitio seguro para la germinación, podría no ser el mejor micrositio para el establecimiento de las plantas (Schupp 1995), y quizás no ofrecería las con- diciones efectivas de crecimiento para competir con
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