Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos
36 — Silvicultura en Bosques Nativos existente a nivel del piso forestal (Harper et al . 1961, Bailey et al . 2012), y las características propias de las especies. La presencia de distintos micrositios de re- generación (sitios seguros) dentro del bosque condi- ciona la germinación de semillas, el establecimiento y el desarrollo de las plantas; pues en ellos las semi- llas pueden encontrar las condiciones adecuadas de disponibilidad de recursos (luz, agua y nutrientes) para estimular la germinación y el establecimiento de plantas y, al mismo tiempo ofrecen seguridad en su crecimiento (Harper et al . 1961). El desraizamiento de árboles genera variaciones en la microtopografía, destacando montículos y ho- yos en el piso del bosque, con una acumulación de raíces que quedan expuestas al aire, suelo mineral desnudo, materia orgánica en distintos grados de descomposición, troncos caídos, zonas con material de las copas y hojarasca (Schaetzl et al . 1989, Ulanova 2000), dejando una alta cantidad y variedad de res- tos leñosos. Muchos bosques maduros presentan una superficie irregular a nivel del suelo, con signos de ocurrencia de disturbios antiguos. Se ha estima- do que montículos y hoyos en el piso del bosque, de- bido al descalce de los árboles, pueden ocupar entre 1,6 y 48% del suelo en el interior del bosque (Beatty 1984, Webb 1999, Ulanova 2000). Al mismo tiempo, la cantidad de restos leñosos es muy variable den- tro del bosque, la que oscila entre 10 y 683 Mg/ha (Harmon 2009). La permanencia del material leñoso en el piso forestal dependerá de la tasa de entrada versus la de descomposición (Harmon 2009). Todo esto en su conjunto produce una alta heterogeneidad de micrositios, los que poseen diferentes caracterís- ticas en disponibilidad de nutrientes, microclima y estructura superficial (Peterson y Campbell 1993, Christie y Armesto 2003, Bailey et al . 2012). El suelo mineral expuesto en los montículos de los descalces de árboles puede llegar a ser un espacio ideal para plantas que presentan semillas pequeñas (Webb 1999), ya que habría una dismi- nución de competencia (aérea y subterránea), una delgada cobertura de hojarasca, una alta porosidad y aireación del sustrato, una baja densidad aparente, temperaturas de suelo altas durante el verano y con menos acumulación de nieve (Beatty 1984, Schaetzl et al . 1989). Por otro lado, los hoyos que dejan los des- calces no son muy utilizados para el establecimien- to de árboles, sino más bien por plantas de hábito acuático, debido a las condiciones de alta humedad, agua estancada y alta cantidad de hojarasca (Beatty 1984, Schaetzl et al . 1989), donde las plantas de rege- neración deben llegar a soportar repetidas heladas, densos micelios de hongos, compactación de suelo y falta de aireación (Schaetzl et al . 1989). Sin embargo, en sitios con alta capacidad de drenaje, estos hoyos pueden ser favorables para la germinación de semi- llas debido al aumento de los niveles de humedad del suelo (Schaetzl et al . 1989). Debido a la caída del tronco o la copa del árbol, muchas de las plantas de regeneración que se encuentran establecidas, en estado de regeneración avanzado, pueden morir o ser dañadas (Poorter 2001), y las que no son daña- das pueden verse beneficiadas por la disminución de competencia (Brandani et al . 1988). Bajo la zona de copas, en general se ve limitada la capacidad de germinación de semillas y crecimiento de plantas, posiblemente debido a la disminución de la trans- misión de luz hacia el suelo y a la alta concentra- ción de hojas y ramas (Poorter 2001). Sin embargo, la descomposición de los restos de hojas y material leñoso de la copa de los árboles puede liberar alta cantidad de nutrientes rápidamente (Brandini et al . 1988), pero este proceso puede tomar varios años (Poorter 2001). Por otro lado, la parte más alta del tronco que se encuentra caído sobre el piso del bos- que recibe una mayor cantidad de luz, respecto a los otros micrositios que se encuentran a nivel del suelo (Harmon y Franklin 1989). Tales condiciones, en combinación con la mayor disponibilidad de humedad que se encuentra en la madera en des- composición, la liberación de nutrientes y energía por el proceso de descomposición y la fijación de nitrógeno crean excelentes condiciones para la ger- minación y crecimiento de plantas, la que es mejor respecto a aquella ocurriendo en el piso del bosque cubierto de hojarasca (Harmon et al . 1986, Franklin et al . 1987, Veblen et al . 1996, Poorter 2001). Además, en este caso las plantas se encontrarían en ventaja,
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