Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

Capítulo 2. Claros de dosel en bosques nativos templados de Chile y Argentina: Conocimientos actuales y desafíos para el futuro — 31 Cuantificación edad de claros de dosel La edad corresponde a una estimación del tiempo que ha transcurrido desde que se formó el claro de dosel (Runkle 1992). Existen varias metodo- logías para estimar la edad de los claros de dosel (Liu y Hytteborn 1991, Runkle 1992, Schliemann y Bockheim 2011). En general los métodos de estima- ción de edad de claros de dosel se pueden agrupar en: 1) análisis dendrocronológico, por medio de anillos de crecimiento, a través de análisis de fechas de liberación, lo que se puede registrar en cambios del crecimiento radial del fuste de árboles juveniles dentro del claro o de árboles que se encuentran en el borde del claro; 2) conteo de plantas de regeneración y/o conteo de cicatrices de yemas que quedan a lo largo del tallo, o verticilos que se van formando, so- bre plantas de regeneración, considerando también posibles cambios en la dirección de crecimiento de ramas y 3) grado de descomposición de los troncos de los árboles creadores del claro de dosel, con o sin presencia de hojas y brotes en árboles caídos forma- dores de claro. En Chile y Argentina (cuadro 2.1), solamente cuatro de las publicaciones revisadas (de un total de 12) han estimado la edad de claros de dosel (Veblen 1985, Rebertus y Veblen 1993, Cavieres y Fajardo 2005, Gutiérrez et al . 2008), las que en general se han basado en la revisión de períodos de liberación de crecimiento en tarugos extraídos de árboles cre- ciendo en la periferia del claro, o la edad de plantas de regeneración que están creciendo en el claro, la consistencia del follaje en los árboles formadores del claro y las cicatrices que quedan en los árboles por el daño producido por el o los árboles formadores del claro. Además, Promis et al . (2013) utilizaron el esta- do de descomposición de los troncos de los árboles creadores de claro para la estimación de la edad de creación del claro, considerándose más joven aquél claro en el que el árbol formador se encontraba con follaje en sus ramas y el tronco presentaba signos de baja descomposición, hasta condiciones de mayor edad, en que los árboles no tienen follaje y el tronco de los árboles se encuentran en avanzado estado de descomposición. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el grado de descomposición del tronco no depende solamente del tiempo de caída, sino que también de la especie, el tamaño, la posición (sobre el suelo, parte del tronco en el aire, etc.) y el estado en que se encontraba antes de caer (muerto o vivo con pudrición) (Liu y Hytteborn 1991). Distribución temporal y espacial de claros de dosel Una característica importante de los disturbios corresponde a su distribución espacial y temporal (White y Pickett 1985). La distribución temporal de claros en los bosques ha sido investigada a través de estudios de dinámica forestal (Lima et al . 2008, Kenderes et al . 2009). Los análisis de patrones de crecimiento radial de árboles, a través del registro de períodos de liberación en el crecimiento, han sido utilizados para evaluar las tasas de ocurrencia de disturbio, especialmente por claros de dosel (Gutiérrez et al . 2008). La estimación del intervalo de retorno en la crea- ción de claros de dosel también ha sido utilizada como aproximación para la descripción del régimen de estos disturbios de pequeña escala en bosques, la que se puede definir como el tiempo en prome- dio que transcurre entre eventos sucesivos que son capaces de crear claros de dosel en el mismo lugar (Brokaw 1982a, b). El intervalo de retorno en este caso se calcula como la superficie de claro que es creada por unidad de superficie de bosque por uni- dad de tiempo (Brokaw 1982a). Para ello es necesario estimar lo mejor posible la edad de los claros, lo que posteriormente puede llegar a ser utilizado en el cál- culo de la tasa de formación de claros (Runkle 1992), además de la superficie y de la definición utilizada para caracterizar el claro (McCarthy 2001, Lima et al . 2008). Otra metodología empleada es evaluar el tamaño de claros en muestreos sucesivos en terreno (Lima et al . 2008), o comparando fotografías aéreas tomadas en distintos períodos sobre la misma zona (Kenderes et al . 2009), con lo que se estima las tasas de cierre de claro, por el crecimiento de las ramas

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