Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

26 — Silvicultura en Bosques Nativos A nivel internacional la definición más utilizada por los autores es la de Brokaw (1982a, b). Sin em- bargo, en Chile y Argentina, la definición de claro de dosel más utilizada es la de Runkle (1992), y en algunos casos se evidencia la medición de claros de dosel y/o de claro de dosel expandido. El claro de dosel expandido corresponde al área formada por el claro de dosel, más la superficie que se prolonga hasta la base de los árboles que se encuentran en el borde (Runkle 1982). Solamente Fajardo y de Graaf (2004) y Promis (2009) han utilizado la definición de claro de dosel de Brokaw (1982a, b) con el límite de dos metros de crecimiento de las plantas en su inte- rior. En los otros casos, el límite para identificar los claros de dosel ha sido cuando los árboles regenera- dos en el claro presentan una altura mayor a 20 m de alto (en bosques con alturas máximas de árboles entre 41 y 44 m de alto) (Veblen 1989), o de 15 m de alto (en caso en que altura de árboles más grandes va entre 20 y 30 m) (Rebertus y Veblen 1993). Otros indicadores para el límite de los claros de dosel han sido señaladas por Tyrrel y Crow (1994), quiénes documentan que al menos una de las si- guientes características debería llegar a ocurrir con los árboles que crecen en el interior del claro: 1) los árboles presentan un medio o dos tercios de la altu- ra de los árboles adyacentes al claro; 2) los árboles tienen diámetro a la altura del cuello mayor a 25 cm y 3) el dosel arbóreo es tan denso que el claro de dosel original no se puede distinguir fácilmente. Origen de claro de dosel En la literatura internacional, en general, se ha evidenciado que la formación natural de claros de dosel se produce por la acción del viento, nevadas, irrupciones de insectos, enfermedades, sequía, incendios forestales y hasta por deposición ácida (Muscolo et al. 2014). Sin embargo, en los claros de dosel formados naturalmente en bosques templados de Chile y Argentina se ha descrito que el viento es el principal agente de alteración y de creación de claros en el dosel (Veblen 1985, Rebertus y Veblen 1993, Fajardo y de Graaf 2004, Promis et al. 2010, González et al. 2015), produciendo la caída parcial (quiebre de copa o tronco) o total (desraizamiento) de árboles, especialmente de aquellos en estado de senescencia, debilitados y/o con pudrición central a lo largo del fuste (cuadro 2.1). Otros agentes de creación de claros de dosel evidenciados en estos bosques son el peso de la nieve (Veblen 1979); los terremotos (Veblen et al. 1992); la muerte parcial de las copas o de los árboles debido a la acción insectos defoliadores, insectos taladradores o plantas parási- tas del género Misodendrum (Rebertus et al. 1993) y las sequías (Suarez y Kitzberger 2008). Los árboles creadores de claros de dosel general- mente se forman por la caída o quiebre de entre uno y cuatro árboles por claro en bosques templados de Chile y Argentina (Veblen 1989, Rebertus y Veblen 1993, Fajardo y de Graaf 2004, Promis 2009), llegan- do a registrarse hasta más de 10 árboles en Tierra del Fuego (Rebertus y Veblen, 1993), similar a lo documentado en la literatura internacional (Runkle 1982). Cuantificación forma y tamaños de claros de dosel La extensión en superficie y la forma de los claros de dosel varían de acuerdo a las causales de formación del claro, a la severidad del evento de disturbio y al tiempo que ha pasado desde la ocurrencia (Hart 2016). Varios estudios han indicado que la forma de claros de dosel oscila entre circular y elíptica (Runkle 1982, Veblen 1985, Hart y Grissino-Mayer 2009, González et al. 2015, Hart 2016). La forma circu- lar se puede producir por la caída parcial o total de la copa del árbol, mientras que la elíptica porque el árbol formador de claro se cayó por desrraizamien- to o porque su tronco se quebró (Hart y Grissino- Mayer 2009, Hart 2016). Sin embargo, la forma de un claro de dosel es más compleja e irregular que la generalmente estimada (Battles et al. 1996, Lima 2005, Bustos 2013). Existen varios métodos que estiman el tamaño y la forma de los claros de dosel. La mayoría de los métodos estiman el tamaño de los claros a través

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