Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

Capítulo 10. Variables asociadas a la degradación de bosques de Nothofagus pumilio de Patagonia, Argentina — 209 se prolonga en el tiempo, las mismas comienzan a dominar en la cobertura y desplazan a las especies nativas. Esto conduce a la formación de empastados, es decir sectores abiertos del bosque dominados por un tapiz herbáceo especialmente de plantas exóticas (Quinteros et al. 2016). El área basal es una de las variables que permite evaluar la productividad (Bahamondez et al. 2009, Thompson et al. 2013, Bahamondez y Thompson 2016). La misma es muy utilizada para el monitoreo, porque se relaciona con la cobertura del vuelo, va- riable cuya estimación es factible mediante el uso de sensores remotos. Loguercio (2011) propone utilizar la carta de stock (Gingrich 1969) como herramienta para caracterizar degradación en bosques de len- ga, presentando como límite inferior p ara definir degradación valores de AB de entre 28 y 37 m 2 /ha aproximadamente, en función del diámetro medio. Coincidiendo con esto, los valores de área basal de las parcelas clasificadas como degradadas o mode- radamente degradas en Santa Cruz se encuentran por debajo de estos valores. La lenga es una especie cuya estrategia para re- generar consiste en formar un banco de plántulas (Veblen et al. 1996, González et al. 2006). En este sen- tido, las características del mismo pueden indicar alteraciones en el proceso. Los daños en el banco de plántulas se deben especialmente al ramoneo de los grandes herbívoros (Veblen et al. 1995, Blackhall et al. 2008). La abundancia de plántulas lignifica- das en bosques clasificados como en buen estado es comparable con resultados de otros trabajos (López Bernal et al. 2003). En cambio, la abundan- cia en ambientes degradados es de 0,9 plantas/m 2 , sensiblemente menor a los valores mencionados de referencia. La frecuencia de regeneración es menor en ambientes degradados. Esto podría deberse a la conducta alimenticia del ganado vacuno, que en- vuelve con la lengua el bocado de forraje y tironea (Van Soest 1996), eliminando las plantas pequeñas. Esta variable es usada en Chubut para identificar bosques degradados en los que no se permitiría el aprovechamiento forestal (Roveta 2004, CIEFAP 2012). Ambas variables no funcionarían como in- dicadoras de degradación si el agente fuera el gua- naco . Este ungulado no arranca las plántulas, sino que las ramonea a una altura de entre 0,1 y 0,5 m. De esta manera, en lugares donde la abundancia y la frecuencia son comparables a las de bosques en buen estado, es el daño por ramoneo la variable que permitiría evaluar el estado del proceso de regeneración. Los bosques de lenga según su distribución pue- den mostrar variación en la cobertura de la vegeta- ción del sotobosque, con mayores valores en el norte de su distribución (Damascos y Rapoport 2002) y menores en el sur (Gallo et al. 2013). Sin embargo en todos los casos estos bosques se caracterizan por una elevada cobertura de hojarasca (Caldentey et al. 2001). La presencia de suelo desnudo, que puede asociarse a procesos de erosión, no es frecuente en estos ecosistemas, tal como fue encontrado en Santa Cruz. En este sentido, la presencia de suelo desnudo indicaría un estado avanzado de degradación del bosque, en el que ya otras variables habrían sido modificadas (Seoane 2016). Objetivo 3. ¿Es posible definir un patrón espacial de los efectos de la degradación? Al relacionar la clasificación del estado del bosque con las variables ambientales que puedan ayudar a cartografiar la degradación, encontramos que aque- llos bosques en buen estado se encuentran a mayor distancia del borde, mayor pendiente y altitud to- pográfica. Por otro lado, los sectores categorizados con algún nivel de degradación se concentran a me- nor distancia del borde del bosque, y a una menor pendiente y altitud topográfica. Nuevamente, las evidencias de degradación y su distribución se vin- culan al uso ganadero. El ganado que utiliza recur- sos del bosque (protección ante los cambios térmi- cos, sectores de descanso, forraje, etc.) lo hace en los sectores cercanos a las principales fuentes de forraje que son los mallines y pastizales. Considerando que

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