Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos
Capítulo 10. Variables asociadas a la degradación de bosques de Nothofagus pumilio de Patagonia, Argentina — 199 a mbientes heterogéneos se ha registrado que el ganado hace un uso más intenso en los bosques de sectores de menor altitud, cercanos a pastizales y humedales (Quinteros et al. 2012), y con escasa pen- diente, inferior a 30° (von Müller 2010, Seoane 2016). En Tierra del Fuego se ha indicado que el guanaco, un herbívoro nativo, provoca un impacto negativo en la regeneración de los bosques de lenga (Bonino y Fernández 1994, Dodds 1997, Cavieres y Fajardo 2005, Soler Esteban et al. 2013, Arias et al. 2015). Por otra parte, los incendios constituyen uno de los disturbios de mayor impacto en los bosques Patagónicos (Veblen et al. 1995, Raffaele et al. 2011). Los incendios juegan un rol determinante en el tipo de vegetación de la región, dado que marcan el final y el inicio de la sucesión, influyen en el ciclo de los nutrientes y crean mosaicos de bosque (De Pietri 1995). La magnitud de algunos incendios y/o la frecuencia con la que ocurren, hacen que los sis- temas forestales puedan ver limitados su desarrollo sostenible, al alterarse de manera irreversible los ciclos de regeneración natural, y al originar proce- sos erosivos que degraden su potencialidad bioló- gica. Posteriormente a la ocurrencia de un incendio intenso el suelo denudado se hace más estéril, con estructuras pobres y menor infiltración (La Manna y Barroetaveña 2011, Morales et al. 2013). La desa- parición de la cubierta vegetal provoca, además de pérdida de beneficios directos, la eliminación de la función protectora que ejercía, lo que supone el desencadenamiento de fenómenos torrenciales y de procesos acelerados de erosión, transporte y sedi- mentación (González de Heredia 2007). Además, las acciones antrópicas que se desarrollen con pos- terioridad al incendio definirán la recuperación o degradación de las áreas de bosque pos incendio (Blackhall et al. 2008). Si bien los bosques de lenga generalmente poseen escasa cobertura vegetal en el sotobosque, la cobertura de hojarasca es alta (Caldentey et al . 2001), en tanto que el suelo desnudo, o en un caso más extremo la presencia de signos de erosión, podrían constituir indicadores de degrada- ción del bosque. La extracción selectiva de árboles para madera, también denominada floreo, era una práctica común en los bosques Patagónicos. Este tipo de aprovecha- miento en ocasiones puede conducir a un estado de envejecimiento y baja productividad de los bosques, cuando son cosechados árboles jóvenes y no se ga- rantiza la apertura del dosel necesaria para que se establezca la regeneración natural. En ese caso, per- manecen en pie los individuos más viejos, que cie- rran los claros expandiendo sus copas, y el bosque no se renueva. Por este motivo ha sido r eemplazado en los últimos años por prácticas de manejo que intentan imitar la dinámica natural de las especies. Sin embargo, en muchas ocasiones no se realizan las inversiones necesarias en silvicultura; y como resul- tado, en el caso de manejo de bosques regulares, grandes superficies de bosques jóvenes permanecen sin tratamiento, y en el caso de bosques irregulares la producción de madera de calidad permanece por debajo de la potencialidad del bosque. Hay diversas variables afectadas por estos agen- tes de degradación de bosques, que podrían utili- zarse como indicadoras de procesos de degrada- ción, cada una de ellas dentro de un rango limitado y con consideraciones específicas. En Patagonia las variables consideradas más relevantes para evaluar la degradación son la presencia de especies exóticas en el sotobosque (De Pietri 1995, Rojas et al. 2011), la pérdida de la capacidad productiva, que podría eva- luarse como estructura del bosque (Bahamondez et al. 2009) y el proceso de regeneración (Bava et al. 2006), y la erosión, que está asociada al porcentaje de suelo desnudo. Considerando que la conservación de la biodi- versidad contribuye al mantenimiento de las pro- piedades y los bienes y servicios derivados del bos- que, la invasión de especies herbáceas exóticas que desplaza a algunas nativas, podría constituir un indicador de degradación del bosque. Algunos es- tudios indican que la combinación del uso ganadero y las aperturas del dosel facilitan en el sotobosque de lenga el incremento de la cobertura de las espe- cies herbáceas exóticas y especialmente de aquellas resistentes al pastoreo. Estas especies foráneas en
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