Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

Capítulo 7. Caracterización espacial de bosques de segundo crecimiento de Drimys winteri en Chile — 139 factores analizados y que explican en menor medi- da la productividad de estos bosques son la altitud, forma de la pendiente, sustrato, geomorfología y situación topográfica. En el marco de la ordenación forestal, es funda- mental definir unidades de gestión silvícola, para lo cual es necesario estratificar o rodalizar los bosques en base a sitio, estructura, y homogeneidad o simi- litud de bosques para ciertos objetivos de produc- ción. Esto basado en las acciones factibles de llevar a cabo de acuerdo a la etapa de desarrollo del rodal, mercados y marco legal. Al respecto, el concepto de homogeneidad de rodal se caracteriza por la unifor- midad en la asociación vegetal, su estructura, etapa de desarrollo y sitio (Vita 1996). Para efectos de defi- nir unidades de gestión silvícola en zonas homogé- neas de manejo basado en la productividad de esta especie, es importante considerar las prácticas que dan origen a estos bosques de segundo crecimien- to. Al respecto, Donoso et al. ( 2007) indican que la práctica común que da origen a estos bosques es tala rasa, quema y posterior abandono. En este mismo contexto con el objeto de conocer el efecto del origen de estos bosques de segundo crecimiento sobre la oferta de madera de calidad, Esse (2009) determinó que aquellos establecidos después de tala rasa pre- sentan una mejor forma fustal, y que en aquellos originados de abandono de terrenos agrícolas y ga- naderos se producen árboles de grandes copas, muy ramosos y con un menor potencial silvícola. En Chile la clasificación de los bosques está de- finida por el trabajo desarrollado por Donoso (1981, 1993), quien define tipos forestales en función de las especies presentes en el estrato dominante, la es- tructura de los bosques y su ubicación geográfica de la comunidad forestal. Este trabajo definió 12 tipos forestales, donde los bosques de segundo crecimien- to de canelo corresponden a un subtipo del tipo fo- restal siempreverde, con densidades muy altas (800 a 20.000 árboles por hectárea), que se originan como consecuencia de la destrucción del bosque original, generalmente por tala rasa o incendios forestales. INFOR (2008), utiliza en sus manuales de sil- vicultura en bosque nativo el estado de desarrollo como criterio de clasificación de estructura, identifi- cando las etapas de regeneración, de brinzal, monte bravo, latizal, fustal delgado, fustal medio, fustal grueso, adulto, sobremaduro; y definen diferentes tipos de intervenciones posibles de realizar. Vita (1996) identifica los estados de desarrollo para bos- ques coetáneos, modificada de la siguiente forma: • Regeneración: individuos menores a 30 cm de altura. Presente en zonas donde existe desmo- ronamiento de grandes individuos que abren claros de luz, o en sectores donde han ocurrido deslizamientos provocados por la nieve u otro evento similar. • Monte Bravo: individuos mayores a 30 cm de al- tura y diámetros menores a 10 cm, caracterizados por crecer a alta densidad (más de 2.500 n/ha). • Latizal: diámetros entre 10 y 30 cm. • Fustal joven: diámetros entre 30 y 50 cm. • Fustal maduro: diámetros entre 50 y 70 cm. • Fustal viejo: diámetros entre 70 y 80 cm. • Sobremaduro: diámetros mayores a 80 cm, carac- terizados por presentar pudrición central. En otros países existen métodos de clasificación que permiten precisar las tecnologías silvícolas y que podrían ser implementados en Chile, de los cuales podemos nombrar los siguientes: a. Bormann y Likens (1979), definen etapas de de- sarrollo denominadas de reorganización, agre- gación , transición y de equilibrio; b. Spies y Franklin (1996), clasifican los bosques en seis fases, siendo estas de establecimiento, raleo, madurez, transición temprana, transición tardía, y desmoronamiento; c. Carey y Curtis (1996), diferencian las etapas de iniciación del ecosistema, de exclusión por competencias, reiniciación del sotobosque, di- versidad botánica, diversificación de nichos y envejecimiento; d. Oliver y Larson (1996) definen cuatro etapas de desarrollo: iniciación del rodal, exclusión fustal, reiniciación del sotobosque y envejecimiento.

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