Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos
Capítulo 6. Propuestas silviculturales para el manejo de bosques de Austrocedrus chilensis sanos y afectados por el mal del ciprés — 131 por ello proveedores de semillas, contribuye al pro- ceso continuo de regeneración natural, favoreciendo la transformación hacia una estructura disetánea. Cuando se extraen árboles vivos en rodales enfer- mos, se reduce la densidad, y los individuos enfer- mos, que tienen sus raíces parcialmente afectadas, quedan más expuestos a los vientos y al descalce (Loguercio 1997, Loguercio y Rajchenberg 2004). Ante la imposibilidad de controlar este distur- bio recurrente de mediana intensidad se proponen formas de manejo acordes al grado de afectación de los rodales por el mal del ciprés (Loguercio 1997, Loguercio et al. 1998). Esta propuesta coincide conceptualmente con las ideas de integración de disturbios en la silvicultura multietánea de O´Hara y Ramage (2013). Cuando el rodal está en apariencia sano, aunque no está libre de la posible ocurrencia futura de la enfermedad, se puede proponer un ma- nejo con metas silvícolas más ambiciosas, como la producción de madera libre de nudos a la cosecha. Para ello deben realizarse podas y aclareos en la eta- pa juvenil, pero para resguardar al mismo tiempo la posible ocurrencia futura de la enfermedad, dado que A. chilensis es diclino-dioco, se deben mantener en el rodal y favorecer a las plantas femeninas para la eventual necesidad de regeneración natural. Para los rodales claramente enfermos, el manejo adaptativo debe basarse en una silvicultura exten- siva consistente en cortas de mejoramiento, recupe- ración y regeneración natural (Loguercio 1997). El mejoramiento se logra extrayendo los individuos de mala forma. La corta de los árboles enfermos solo luego de su muerte, además de aprovechar (recu- perar) el valor comercial de su madera, contribuye a la resistencia del rodal a través del crecimiento y producción de los individuos remanentes con algún nivel de defoliación, que pueden vivir varias déca- das junto a los aparentemente sanos. Los enfermos femeninos que permanecen en pie, además, son fuente de semillas para la regeneración natural. El establecimiento de la regeneración natural se facilita mediante el mantenimiento o promoción de una cobertura de sotobosque, otorgando resiliencia para la perpetuación del rodal. Como resultado de este manejo, paulatinamente la estructura tiende a estratificarse a una forma multietánea, con una intensidad y frecuencia de intervenciones que debe adaptarse al ritmo de avance de la mortalidad. Esta propuesta, en otras palabras, no implica imitar al proceso natural sino directamente permi- tir que éste fije el ritmo de conducción, con medidas mínimas para asegurar que el resultado estructural y productivo resulte satisfactorio y seguramente, mantenga las demás funciones ecosistémicas. De verificarse cierta estabilidad estructural luego de aplicar este manejo de rodales enfermos en el mediano plazo (20-30 años), se podrían ensayar medidas más intensivas, como poda de árboles de calidad en la etapa juvenil. Para evaluar el efecto de esta propuesta, la evolución de los rodales bajo manejo debe ser monitoreada en el largo plazo. La conversión natural de bosques dominados por A. chilensis a mixtos de A chilensis - N. dombeyi , por la incorporación de la última especie en la re- generación natural, cuando hay fuente de semilla cercana, se encuadra en la visión de manejo adapta- tivo anterior. La posibilidad de una producción más intensiva de madera de calidad centrada en N. dom- beyi , con regulación de la densidad para mantener un nivel de producción de A. chilensis , está siendo estudiada actualmente. La ocurrencia de mortali- dad por sequía de N. dombeyi descripta por Suarez et al. (2004 y 2015) sería otro disturbio que debe eva- luarse en la nueva propuesta silvícola, aunque se ha registrado que ocurre fundamentalmente en sitios con pendiente pronunciada, suelo superficial y con abundante roca, zonas que deberían excluirse de las áreas de manejo productivo. Conclusiones El manejo de los bosques de A. chilensis propuesto se encuadra en nuevas visiones sobre una silvicultura flexible que le da más importancia a la resistencia y a la capacidad de resiliencia de los ecosistemas. La misma incorpora los disturbios de ocurrencia in- cierta, otorgando a los ecosistemas mayor capacidad de adaptación ante futuros escenarios cambiantes.
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