Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

Capítulo 5. Opciones de manejo para bosques secundarios de acuerdo a objetivos de largo plazo y su aplicación en bosques templados — 109 final puede ser una tala rasa o árbol semillero para privilegiar nuevamente la dominancia de coihue en el bosque futuro. Manejo en dos estratos En este caso se sugiere algo similar al caso anterior en cuanto a la intervención de coihue, pero de los cerca de 1.000 árboles de E. cordifolia , D. winteri , S. conspicua y P. saligna se espera hacer un mejor apro- vechamiento a futuro, dejando un dosel intermedio con unos 500-600 individuos/ha de estas especies (es decir 50-60%) junto a los 200 mejores de coihue por hectárea (como en la corta descrita arriba para bosque coetáneo de coihue). Luego del raleo se debe continuar con una corta de protección diferida, cuando coihue alcance un DMC de 35-40 cm, de- jando para entonces aproximadamente los mejores 50 coihues por hectárea, es decir aproximadamente 5 m 2 /ha de área basal, y los mejores 300-400 indi- viduos/ha de las otras especies. La corta final se Figura 5.6 Relación entre el área basal de especies forestales tolerantes y semitolerantes a la sombra y el área basal de coihue en bosques secundarios en el predio Llancahue, cordillera de la Costa (40° S), donde se pueden distinguir dos fases, una con una relación negativa entre el área basal de ambos componentes y una sin una relación aparente. Los datos usados para generar esta figura son los mismos que aquellos usados para establecer las relaciones tamaño-densidad señalados anteriormente. especies en la actualidad (cuadro 5.7). Sin embargo, considerando que en este bosque el área basal de coihues es aditiva a aquella de los doseles inferiores (figura 5.6), es posible que junto a los 200 mejores coihue seleccionados por hectárea, se seleccione un número mayor de ulmos y canelos ( e.g. , 400 árb/ha). No es necesario hacer ninguna intervención entre las especies de diámetros menores. Este sería un raleo mixto, pero especialmente un raleo de copas (o por lo alto), ya que buscaría liberar las copas de los mejores individuos de coihue, ulmo y canelo de las clases dominantes y codominantes. Asumiendo que queda un DMC residual cercano a 30 cm, se debería esperar hasta lograr un DMC de 35-40 cm para efectuar la cosecha con algún método coetá- neo, lo que probablemente ocurra en unos 10 a 15 años más. En este manejo enfocado en la cosecha de los mejores 400-600 árb/ha, las especies acompa- ñantes, de bajos diámetros, tendrán como destino fundamentalmente leña en la corta final. Esta corta

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