Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

106 — Silvicultura en bosques nativos 50 árboles del dosel superior dejados originalmente tendrán dimensiones ideales para generación de productos madereros de mayor valor, como madera debobinable. Transformación a bosque multietáneo La transformación de un bosque secundario coetá- neo en estado de exclusión fustal hacia un bosque multietáneo implica un largo proceso. Como señala Nyland (2003), este proceso puede ser efectuado mediante cortas uniformes o en parches. En el caso de cortas uniformes se sugiere reducir significati- vamente la densidad del dosel superior (como por ejemplo con un raleo de copas) y realizar un raleo por lo bajo intenso, que afecte los doseles inferiores, intermedio y parcialmente codominante. En el lati- zal siempreverde el dosel inferior es casi inexistente y el dosel intermedio está dominado por A. luma y A. meli , pero el codominante por varias especies semitolerantes a la sombra, de modo que se sugie- re que el raleo de copas sea complementado (raleo combinado) por un raleo por lo bajo grado C (se extraen los suprimidos e intermedios, más algunos codominantes), es decir cortando la mayoría de los dos doseles inferiores ( sensu Nyland 2002). Estas cortas deben dejar el rodal con una densidad rela- tiva entre 40 y 50%, para facilitar el establecimiento de nuevas cohortes de regeneración principalmente de especies tolerantes, y para que los árboles del dosel superior aumentan sus tasas de crecimiento. En el caso de este bosque la corta de los canelos y trevos de mayores dimensiones (y pobre calidad) en el rodal son un buen aporte para reducir la densidad relativa y crear espacios para la generación de una nueva cohorte. Los sucesivos raleos (p. ej. cuatro más para generar cinco cohortes, incluido el inicial) deberán ser raleos por lo alto principalmente, pero controlando la densidad de las nuevas cohortes si fuera necesario, para que cada cohorte tenga buenas tasas de crecimiento. Una vez que el bosque tenga una estructura similar a una J inversa (exponen- cial negativa), con árboles de dámetros cercanos a 60 cm o más, la densidad y la estructura podría ser controlada a partir de pautas de marcación en bosques de selección (ver Nyland 2002), de modo especialmente de controlar clases diamétricas con exceso de árboles para mantener una estructura dia- métrica de tipo J inversa. Estos raleos deben mante- ner la discontinuidad del dosel superior de modo de permitir que entre luz al sotobosque para seguir fomentando la regeneración de nuevas cohortes y que se mantengan buenas tasas de crecimiento de los árboles del dosel superior. Aunque la idea es mantenerse en una zona de manejo entre 40 y 50% de densidad relativa, los ra- leos deberán hacerse en tiempos equidistantes, de modo de ir preparando a estas nuevas cohortes a las cortas de selección futuras a través de ciclos regu- lares de corta. En este caso se sugiere efectuar los raleos cada 12 años, ya que esa será posiblemente el periodo de los ciclos de corta futuros (Donoso 2012). Con esos ciclos de cortas y cinco cohortes se supone que cada uno llegará a la edad de 60 años al momen- to de ser cosechado (cerca de 50 cm dependiendo de las tasas de crecimiento). Si se esperan mayores diámetros habrá que trabajar con más cohortes o un mayor rango de áreas basales final y residual. Se debería considerar que se tratará de un bosque de selección cuando efectivamente éste tenga las ca- racterísticas de tal, es decir: cinco cohortes, una es- tructura diamétrica del tipo J inversa, un diámetro máximo correspondiente a lo que se considerarán árboles maduros, y un área basal dentro del rango de manejo entre ciclos de corta, que se sugiere entre 55 (final) y 40 m 2 /ha (residual) (Donoso 2002, Schultz et al . 2011). Cuando se logren estas condiciones se deberá funcionar con silvicultura multietánea a tra- vés de cortas de selección. Generación de atributos de bosque adulto En este caso se trata de un bosque con muy pocos atributos de bosque adulto (cuadro 5.2, figuras 5.3 y 5.4), salvo por la alta proporción de especies toleran- tes, tanto con potencial de ocupar doseles superiores como inferiores (figura 5.4). En este caso se deben privilegiar raleos de restauración para generar lo más rápido posible atributos de bosque adulto en

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