Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

xi Prólogo 1 La etimología del vocablo silvicultura, indica que es el cultivo de las selvas o los bosques, y genéri- camente, se entiende como un conjunto de herramientas que nos permitirán establecer cómo será el manejo forestal de estos ecosistemas. En general, solemos hacer una fuerte distinción entre el bos- que nativo y el implantado, lo que genera una fuerte segregación dentro de nuestra disciplina. Sin embargo, a través de la silvicultura y del manejo del bosque nativo lo que hacemos es acercar ambas condiciones de bosques, donde con el tiempo son más las coincidencias que las disidencias, e.g. cuanto más intensiva es la silvicultura propuesta más se parece el bosque nativo a una plantación. Por otra parte, un bosque implica mucho más que solo árboles, incluye todos los seres vivos que vi- ven y dependen de él, así como los procesos ecosistémicos y los ciclos naturales que lo incluyen. Sin embargo, los seres humanos se arrogan muchas atribuciones, y define cuales de los beneficios que le brinda el bosque son más importante que otros a partir del concepto de servicios ecosistémicos (SE), entendido como aquellos bienes y servicios que el hombre toma de un ambiente determinado. En un contexto latino-americano, para en un extremo del gradiente tenemos a los bosques primarios (máxima naturalidad) entendidos como aquellos que: (i) se encuentran en el clímax de la dinámica natural, (ii) mantienen las mismas características que las que se observaban previo a la llegada de Cristóbal Colón en 1492 a las Américas, y (iii) que no tiene un uso humano actual, desconociendo de esta manera el uso indígena llevado a cabo a lo largo de miles de años. En el otro extremo del gradiente (máxima artificialidad) tenemos las plantaciones puras de alta densidad con especies de árboles exóticos (entendiendo como tales a aquellas que no estaban presentes antes de la llegada del europeo a las Américas). Este gradiente entre bosque primario - bosque manejado - plantación introduce un nuevo con- cepto, el de degradación, entendido como la disminución de los atributos de alguna variable o condición. Intuitivamente, podríamos pensar que cualquier pérdida de atributos del bosque pri- mario implicaría una degradación del sistema, y esto es correcto. Cualquier propuesta silvícola o de manejo forestal degrada al bosque al igual que muchos eventos naturales (e.g. ataques de plagas o volteos de viento). En este sentido, y en función de los SE, los hombres hemos creado límites arbitrarios que definen qué pérdidas son aceptables y cuáles son inaceptables para considerar a un ecosistema como degradado o no degradado, y en muchos casos definiendo límites de uso sosteni- ble (entendido como el uso presente de un recurso sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones). Cabe destacar que tanto en los conceptos de degradación y sostenibilidad, el tiempo es un factor crucial. ¿Cuánto tiempo tiene un sistema determinado para recuperarse del impacto para no ser considerado como degradado?; ¿Cuándo decimos que es permanente, a cuánto tiempo en el futuro nos referimos?; ¿Cuánto tiempo puedo comprometer en mi sistema para no afectar a las generaciones futuras? Hasta hace pocos años, la silvicultura para Chile en particular y latino-américa en general era una herramienta desarrollada por expertos extranjeros en bosques lejanos, y donde los profesiona- les locales las acatábamos para poder plantear alternativas de manejo de nuestros recursos nativos. En gran medida, esta es la causa de que la mayoría de las plantaciones se llevan a cabo con especies exóticas y no con especies nativas. Sin embargo, en las últimas décadas un mayor compromiso

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=