Silvicultura en Bosques Nativos vol. 1

40 Plantas de Nothofagus mediterráneos para restauración consecuencia la reducción y fragmentación de los bosques nativos allí presentes, principalmente, y en un inicio, en la Cordillera de la Costa y más tarde en los faldeos cordilleranos de Los Andes. Especial atención merece el caso del bosque maulino, formación característica como bosque de transición hacia aquellos más meridionales del tipo templado. Forman parte importante de esta asociación vegetal las especies Nothofagus alessandrii Espinosa y Nothofagus glauca (Phil.) Krasser. Su área de distribución natural se ha visto fuertemente disminuida por la transformación del paisaje debido al efecto de las actividades humanas. Los fragmentos remanentes se encuentran en su mayoría intervenidos y altamente deteriorados como hábitat y refugio de la biodiversidad asociada (San Martín y Sepúlveda 2002, Olivares et al . 2005, Burgos et al . 2008). Uno de los resultados de este largo proceso de transformación del paisaje es que estas dos especies endémicas de Chile central se encuentran con problemas de conservación. N. alessandrii , considerada la especie más ancestral de los Nothofagus (Serra et al . 1986) y cuya distribución natural está limitada a una franja corta en la Cordillera de la Costa de la región del Maule (Olivares et al . 2005), se encuentra en un precario estado de conservación. Hace 23 años fue declarada por el estado chileno como una especie en peligro de extinción (Benoit 1989). Actualmente, no sólo se mantiene en esa categoría sino que, además, se le clasifica como una especie rara (D.S. 151/2007 del Ministerio Secretaría General de la Presidencia). Internacionalmente, la UICN (2001) la define como en peligro crítico de extinción. A comienzos del siglo pasado, sus bosques fueron objeto de tala y quema (Donoso y Landaeta 1983). Las poblaciones remanentes se encuentran muy fragmentadas y están rodeadas por plantaciones con especies alóctonas (Bustamante y Grez 1995, Bustamante y Castor 1998) (figura 1). Los fragmentos tienen en promedio una superficie de 1,9 ha y sólo el 5 % de ellos supera las 12 ha (Bustamante y Grez 1995). Debido a la situación de esta especie, considerada incluso el árbol más amenazado de Chile, debería tener una alta prioridad de conservación (Hechenleitner et al . 2005), más aún cuando siguen presentes los procesos antropogénicos que la han llevado a su actual estado de degradación. Entre los años 1991 y 2007, la superficie de estos bosques disminuyó en 42 ha, lo que significa una tasa de deforestación de 0,74 %, existiendo un remanente de aproximadamente 314 ha (Santelices et al . 2012a) En el caso de N. glauca , su área de distribución natural comprende las altitudes medias de la Cordillera de LosAndes y de la Cordillera de la Costa en la zona central de Chile (Santelices et al . 2006). En la Cordillera de LosAndes comienza a aparecer en forma discontinua en los 35° 15’S, al norte del río Teno, pero entre los 35° 50’y los 36° 50’ S, es decir, entre los ríos Maule y Ñuble, los bosques de N. glauca adquieren importancia en términos de presencia (Donoso 1993). La población más austral que

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