Silvicultura en Bosques Nativos vol. 1
179 Manejo de bosques de Nothofagus en Argentina austral Por ejemplo, la zona central de Tierra del Fuego (54°20’ S, 67°52’ O) (figura 8) está ocupada por: (i) 25 % pastizales, (ii) 4 % turbales, (iii) 1 % cuerpos de agua, (iv) 19 % bosques de ñire, (v) 32 % bosques productivos de lenga, (vi) 13 % bosques abiertos de lenga con distintos grados de impacto pasado, (vii) 4 % bosques de protección de lenga (bordes de pastizales, turbales y arroyos), y (viii) 2 % áreas disturbadas por impacto del castor ( Castor canadensis ). En la zona estudiada vemos que: (i) un 21 % del bosque presenta impactos pasados o presentes, como el castor que transforma en pastizales al bosque ribereño inundado (Martínez Pastur et al. 2006, Anderson et al. 2009); (ii) un 73 % del bosque (46 % bosque productivo de lenga y 27 % bosque de ñire) podría llegar a incorporarse a un manejo silvícola; y (iii) solo un 6 % de los bosques serían reservados efectivamente como bosques de protección (reservas a nivel de meso-escala). Figura 8. Distribución de ambientes en Estancia Los Cerros (Tierra del Fuego, Argentina). Distintos estudios han comparado la biodiversidad de plantas del sotobosque, aves e insectos (Lencinas et al. 2005, 2008a, 2008b) entre bosques productivos y ambientes asociados no productivos (figura 9). Estas investigaciones evidencian un ensamble diferencial de biodiversidad a nivel de meso-escala, donde una parte es compartida por todos los ambientes boscosos (especies generalistas) y otra parte solo se encuentra en un tipo de ambiente: (i) las plantas están mayormente representadas
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