Chile: Glosario Ilustrado del Malestar

39 Glosario Ilustrado del Malestar La depresión lleva, entonces, la marca de la heterogenei- dad; lo que queda bien expresado en la variedad de causas a las que se la asocia, la multiplicidad de estructuras en las que se inscribe, así como la cantidad de discursos que, en torno a ella, compiten por determinar la naturaleza de su aflicción (psiquiátrico, jurídico, económico, antropológico, etc.). Ha llegado a diversificarse al punto de disolverse en su expresión diagnóstica cardinal, como ocurre con las llamadas depresio- nes enmascaradas . Su éxito no ha reposado tanto en el nivel de acuerdo que convoca, sino más bien en su capacidad de estimu- lar fantasías, fundamentalmente aquellas de la biología y de la crítica social. Desde la perspectiva biológica, la emergencia de los anti- depresivos significó prácticamente la clave del acceso de la psi- quiatría en la medicina. La hipótesis que progresivamente co- menzó a tomar forma fue: desde el momento que no contamos con una definición precisa de la depresión, pero disponemos de antidepresivos eficaces, manejables y que actúan suficiente- mente bien sobre el humor depresivo, ¿qué puede ser esta pa- tología sino aquello que curan los antidepresivos? Y aún más, ¿cómo estas moléculas pueden ayudarnos a alcanzar nuestros ideales individualistas de autorrealización y de autosuficiencia? Desde la perspectiva social, la emergencia de otra herra- mienta de la psiquiatría moderna – la epidemiología – comen- zó a mostrar el alcance planetario de la depresión, sentando las bases de otra inquietud: ¿cómo es que una vez descubierto el remedio (los antidepresivos), la enfermedad no deja de multi- plicarse? En relación a esto, la crítica social ha visto en la depre- sión los signos del mal-estar, que tendría todas las característi- cas del mal del siglo: medio de expresión privilegiado que une el horizonte del sufrimiento individual al malestar colectivo, en el marco de una sociedad en la que los individuos tendrían que responder, más solos que antaño, a nuevas exigencias. En tanto opera como una suerte de atractor normativo que define el tipo patológico en la conducta moderna, el depresivo sería aquel que paradigmáticamente va mal .

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