Chile: Glosario Ilustrado del Malestar
118 experimentos que buscaban variantes de las anfetaminas con menores efectos secundarios, pues los psicoestimulantes fue- ron utilizados profusamente en el frente de batalla para man- tener despiertos y en estado de alerta a los soldados. Podemos encontrar versiones actuales de este neuroenhancement (algo así como un “doping cognitivo”) en el uso de psicoestimulan- tes entre estudiantes y profesionales, con el fin de mejorar – aunque transitoria y, quizás, ilusoriamente; – su rendimiento. Hacia fines de la década del 30, tuvo lugar uno de los pri- meros ensayos clínicos que administró anfetaminas a niños diagnosticados con tdah. La respuesta terapéutica fue consi- derada positiva por los investigadores, abriendo la puerta a fu- turas aplicaciones de compuestos análogos a niños con tdah. Así, el metilfenidato comenzó a indicarse a comienzos de la década del 60. El primer ensayo clínico que demostró su efica- cia en el tratamiento del tdah fue publicado en 1971. Este es- tudio fue dirigido por Leon Eisenberg, psiquiatra norteame- ricano que, quizás impresionada o culposamente, en uno de sus últimos artículos alertó respecto al sobrediagnóstico y la medicalización asociada al tratamiento del tdah. Los estudios y la publicidad de la empresa farmacéutica señalan que, en los niños diagnosticados con tdah, el me- tilfenidato disminuye las conductas impulsivas y la inquietud motora, aumentando la atención y la memoria, mejorando así la capacidad de concentrarse en tareas repetitivas que deman- dan un esfuerzo mental sostenido y no están asociadas a una satisfacción inmediata. Vale decir, produciría niños más dóci- les, capaces de concentrarse y rendir mejor en sus tareas. Aho- ra bien, los beneficios terapéuticos del metilfenidato también entrañan potenciales efectos adversos, varios de ellos señala- dos en sus folletos: se han descrito alteraciones del sueño, alte- raciones del apetito y de la curva de crecimiento, irritabilidad, ansiedad, pérdida del tono muscular, cansancio, alteraciones de la sincronización y la anticipación sensoriomotora, incluso disquinesia tardía (movimientos anormales e involuntarios). Pese a esto, el Ritalin® continúa siendo la estrategia terapéu- Ritalin
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