Producción interdisciplinaria: respuestas institucionales a la transversalidad del conocimiento
Doctorado en Filosofía, mención en Estética y Teoría del Arte - 85 Doctorado en Filosofía, mención en Estética y Teoría del Arte Federico Galende {Departamento de Teoría de las Artes, Facultad de Artes, Universidad de Chile} Muchísimas gracias a los organizadores, a Svenska Arensburg fundamentalmente, por la invitación, aunque yo juego aquí un poco de suplente, puesto que quienes deberían haber venido son Pablo Oyarzún o Rodrigo Zúñiga, quienes serán segu- ramente muy mal reemplazados. El Doctorado en Filosofía con mención en Esté- tica y Teoría de las Artes se desarrolla en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile desde el año 2001, esto significa que es un programa relativamente nuevo y que persigue, en el curso de las diversas investigaciones que incorpora, una serie de anudamientos o asociaciones entre dos ámbitos: el de la filosofía y el de la estética. Ahora bien, filosofía y estética son dos disciplinas que han mantenido a lo largo del tiempo una relación conflictiva, una relación que halló su configuración más novedosa a partir de la segunda mitad del siglo xviii. El conflicto proviene del hecho de que la filosofía se había planteado hegemónicamente su relación con lo moderno a partir de un programa fundado en el discurso del método y desde una distancia en la que la subjetividad aparecía como una cierta mirada trascendental respecto del mundo. Esa distancia supuso una forma de abstracción del mundo en el contexto de la conciencia empírica que apuntaba a captar la experiencia en el mismo punto en el que detenía su flujo más inmanente, por llamarlo así. Se trata de una paradoja que recorrerá la filosofía desde la época de Descartes hasta la de Kant al menos: la experiencia tiene que ser capturada en una conciencia que le dé durabilidad en cir- cunstancias en las que esa misma durabilidad traiciona el flujo de la experiencia. La aisthesis en cambio fue una especie de ciencia del conocimiento menor: una ciencia vinculada a tratar la relación del hombre con el mundo a partir de sus sentidos. Un mundo que podía ser experimentado a partir de las papilas, del gusto, del olfato, del tacto, de la oreja. En ese sentido, la estética es una disciplina que opera completa- mente al revés que la filosofía, puesto que su carga de experiencial, por decirlo así, es in-inscribible en cualquier concepto que la filosofía pudiera estimar. La tensión, por cierto, es muy similar a aquella con la que se encontró Freud en la época del descubrimiento del inconsciente: la de un flujo que no tiene inscripción versus la de una inscripción sin flujo. En la relación que la filosofía mantuvo históricamente con la aisthesis esta ten- sión comenzó a ser reelaborada entre 1751 y 1791 con Baumgarten primero y luego
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