Producción interdisciplinaria: respuestas institucionales a la transversalidad del conocimiento
80 – Producción interdisciplinaria DEI-UV tenía que ser ubicado necesariamente dentro del ámbito de las unidades académicas. Eso nos generó un problema importante porque entre cuatro facultades y ocho unidades (Institutos de Historia, Filosofía, Sociología, Escuelas de Teatro, Trabajo Social, Psicología, Cine y Música) hay intereses muy diversos, con los cua- les hay que efectivamente lidiar. Es un problema no resuelto. En la práctica hemos postergado su resolución y hemos acordado que la dependencia administrativa o de los actos administrativos radicará en la unidad a la que pertenece el director del doc- torado. En este caso me toca estar a mí durante los primeros años y por lo tanto la dependencia administrativa del DEI-UV es de la Facultad de Medicina. Para efectos administrativos, dependemos del decano de medicina. Cuando sea otro colega de filosofía, dependerá de humanidades, por ejemplo. Esto genera un problema a nivel institucional que también ha de resolverse de una manera diferente. Teníamos instituciones que no estaban preparadas para albergar programas interdisciplinarios y ello nos obliga a plantearnos la preguntas respecto de cómo vamos a gestionar programas de estas características (programas interfacultades). A esto se agrega una tensión adicional en el seno de una universidad que ha sido históricamente docente y a la cual se le empiezan a instalar estas exigencias de trans- formarse en una universidad de investigación. Es decir, que además desarrolle ciertos productos que convencionalmente no estaban vinculados a su quehacer y que se introduzcan criterios de entrada y salida de los claustros académicos vinculados a la productividad de sus miembros. El convenio de desempeño instala esta conversa- ción y en el doctorado se ha venido a traducir esta tensión de manera particularmen- te fuerte. Porque básicamente todos los académicos que estamos trabajando en el doctorado estamos adscritos a una unidad académica y, por lo tanto, finalmente las horas que nosotros podemos destinar a la participación en un doctorado dependen del director de un instituto o de una escuela, y eso hace que un proyecto como este sea muy dependiente —en términos de sustentabilidad— de las unidades y de quie- nes efectivamente gobiernan esas unidades. Si bien hemos tenido hasta ahora un claustro que es relativamente autónomo, también hemos ido detectando que hay un problema a la hora de coordinar las pre- tensiones legítimas que pueden tener las unidades académicas respecto del devenir del doctorado, con la que puedan tener los propios académicos que son parte de ese claustro. A nivel de la gestión académica y de la investigación también tenemos una ten- sión fuerte. Nosotros estamos llamados y hemos sido contratados específicamente para mejorar ciertos indicadores de productividad y sabemos lo complicado que es eso, porque esos indicadores de productividad están muy ligados a lo que el sistema de universidades globalmente valora, a lo que las agencias acreditadoras o a lo que las agencias que financian la investigación valoran. Y esto, para nosotros que preten-
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