Producción interdisciplinaria: respuestas institucionales a la transversalidad del conocimiento
Programa de Doctorado en Estudios Interdisciplinarios - 79 tenido una buena convocatoria por suerte, que demuestra que hay mucho interés. Pero ahí se ha generado una discusión relevante, entre quienes abogaban por algo más tradicional, si se quiere, o algo más vinculado a un saber disciplinar. En el nivel pedagógico se nos planteaban también desafíos importantes: ¿Cómo vamos a enseñar esto? ¿Cómo aseguramos nosotros que el proceso sea interdiscipli- nario y que los productos finales logren esa denominación? Para eso hay que tener una definición, hay que tener algunos criterios que permitan distinguir cuando uno efectivamente está produciendo algo que termina por ser interdisciplinario, o cuan- do no lo es. Existen diferentes opciones al respecto, desde aquellos que creen que se pueden casar con un modelo concreto sobre cómo enseñar interdisciplina (hay universidades con las que tenemos convenios vigentes de colaboración que han op- tado por la lógica del aprendizaje basado en problemas). Tienen un modelo claro, se ciñen a eso. Y hay otra forma, si se quiere en el otro extremo, que tiene que ver con la idea de poner saberes en conjunto, poner conceptos que puedan ser de alguna mane- ra discutidos comúnmente y pensar que la integración se puede producir en la cabe- za de los y las doctorandas. O sea tenemos desde esa lógica donde entregamos cada uno por su cuenta un montón de cuestiones que tienen que ver con lo disciplinar para que el doctorando integre y aquellos que efectivamente tienen un modelo, si se quiere, mucho más restrictivo de cómo formar. Probablemente nosotros estamos ahí entre medio de esos polos. Ciertamente no pretendemos tener una respuesta definitiva sobre este asunto, pero hemos definido algunos criterios que nos permitan orientar las acciones en el DEI-UV: a) seleccionar una base suficientemente amplia y heterogénea de postulantes, los cuales tendrán la exigencia de producir una tesis que de cuente de lecturas diferentes a las de su área específica de formación; b) ase- guramos el intercambio entre ellos, construyendo herramientas conceptuales comu- nes a todos y todas, y sometiéndolos sistemáticamente a un proceso de intercambio que termina por descentrarlos de su propia formación con un relativo olvido de su origen disciplinar; c) exigir que desarrollen una tesis novedosa que pueda ser leída y utilizada en campos diferentes a aquellos dentro de los que fue creada. Se trata de que el producto de su investigación pueda ser leído con cierta utilidad en otros cam- pos diferentes al de la formación disciplinar de los y las estudiantes. En el nivel institucional local también se generan muchas tensiones. La uni- versidad ciertamente no estaba preparada para un programa interfacultades. Son cuatro las facultades y ocho las unidades académicas que participan del doctorado. Hemos tenido que contribuir a tensionar la estructura departamental de nuestra universidad. Por ejemplo, la UV no contemplaba en sus normativas que no sea una unidad académica específica la que generase un programa. Tienen que ser las facul- tades las que avalan estos programas. No poseen una escuela de posgraduados y no puede ser una vicerrectoría la que albergue alguno de los programas que se crean. El
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