Producción interdisciplinaria: respuestas institucionales a la transversalidad del conocimiento
Presentación - 13 En nuestro país, la discusión sobre la institucionalidad política del quehacer científico se encuentra en un momento clave y decisivo. Considérese el debate, toda- vía insuficiente, sobre la creación de un Ministerio de Ciencia, la necesidad de me- jorar los procesos hasta ahora localizados en el CONICYT, así como los procesos de aseguramiento de la calidad. La inserción en este debate de las ciencias sociales, las humanidades y las artes le darían un valor suplementario. Pero no se trata sola- mente de reivindicar esa inserción hasta ahora insuficiente. No es un interés cor- porativo el que alimenta estas reflexiones. Se trata de considerar que la producción de conocimiento en Chile debe estar asociada a problemáticas que ningún saber experto, ningún avance científico, pueden cubrir suficientemente. La educación, la transferencia tecnológica, la innovación, no pueden quedar enclaustradas en una comunidad científica sorda y, muchas veces, muda. En cambio, es necesario crear nuevas estrategias para que esas tareas se encuentren en sintonía con una política pública que requiere miradas interdisciplinarias, multisectoriales, que se nutra tanto de la ciencia como de la cultura y el pensamiento crítico. Actualmente existe un muy buen clima para el desarrollo de proyecciones de la producción interdisciplinar. Comparando las experiencias en distintos países se pueden ver grandes asimetrías en la puesta en práctica de la institucionalidad in- terdisciplinar. Sin embargo, esto no se debe probablemente a la mayor o menor voluntad de las comunidades científicas y sus integrantes por desarrollar trabajos interdisciplinarios, sino a que en el pasado se impulsaron políticas que permitieron al día de hoy observar avances constatables. También es necesario considerar qué tan eficaces fueron o son dichas políticas. Tomando como ejemplo el Espacio Inter- disciplinario de la Universidad de la República en Montevideo, Uruguay, es posible observar cómo, luego de diez años de funcionamiento, los primeros resultados de tipo institucional y de éxito de funcionamiento empiezan a visualizarse: un espacio consolidado transversal a la Universidad, con resultados de proyectos ya terminados y la organización exitosa del Primer Congreso Latinoamericano de Investigación y Educación Superior Interdisciplinaria. Otros países también reconocen la necesi- dad de estos espacios institucionales, pero la falta de conducción hacia un proceso conjunto, que por cierto incluya la evaluación y financiamiento de estas iniciativas, hace que se vean algo más atrasados en la puesta en práctica de investigación inter- disciplinaria enmarcada en un espacio consolidado. Sin embargo, proveer este marco institucional implica desafíos de implemen- tación, que aseguren sacar la práctica interdisciplinar de la mera retórica. Algunos de estos desafíos son, por ejemplo, generar redes de evaluación de proyectos inter- disciplinarios, generar fondos que se orienten hacia el sustento a mediano y largo plazo de este tipo de iniciativas y desarrollar diseños de trabajo interdisciplinar que incluyan las etapas involucradas en estos procesos. Sin embargo, existen pocas orien-
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