Producción interdisciplinaria: respuestas institucionales a la transversalidad del conocimiento
118 – Producción interdisciplinaria En los inicios de la década de los noventa se crearon dos centros de estudios de género, que por su naturaleza son interdisciplinarios, uno en la Facultad de Ciencias Sociales y otro en la Facultad de Filosofía; ambos hacen investigación, imparten do- cencia y hacen extensión. Por otro lado, a comienzos del año 2000 se abrió un Doc- torado Interdisciplinario en Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía, al que posteriormente se sumaron otros programas interdisciplinarios de postgrado: un Magíster de Género y Cultura, un Doctorado en Psicoterapia e Investigación clínica e intercultural; un Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte y otro de Ciencias Sociales. Por lo tanto, a nivel de campus ya existían an- tecedentes, aunque puntuales, respecto al trabajo interdisciplinario. Además, la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) abrió el programa Equidad y Sociedad, como par del Programa Domeyko destinado a abordar de ma- nera multidisciplinaria problemas prioritarios del desarrollo nacional a nivel social. Uno de ellos, por ejemplo, fue el de la memoria reciente vinculado a la violacio- nes a los derechos humanos en el cual participaron investigadores/as de psicología, historia, antropología, y comunicación. Entonces ya había un campo relativamente sembrado en relación a la investigación interdisciplina. Por otra parte, entre los objetivos que se propuso la Iniciativa Bicentenario, es- taba la creación de un campus cada vez más integrado a nivel académico y admi- nistrativo lo que implicaba tensionar la lógica general con la cual se había venido funcionando, caracterizada por el enfeudamiento, con facultades y departamentos cerrados en sí mismos entre los cuales no había mucha comunicación ni tampoco entre los investigadores. La suma de todo lo anterior nos llevó a definir una manera de conceptualizar los fondos de investigación que nos interesaba promover. En ese contexto es que surgen los fondos concursables de investigación-creación para núcleos de investigadores/ creadores interdisciplinarios a los que convocó la Iniciativa Bicentenario. En la primera convocatoria apareció la primera dificultad. Si bien había algunos núcleos que ya estaban instalados, si se quería ampliarlos y convocar a más gente se necesitaba dar más tiempo para armar proyectos interdisciplinarios, ya que estos son resultado de un proceso de diálogo en el que hay que buscar lenguajes comunes y generar confianzas lo que no se da de un momento a otro. Por lo tanto, en las convo- catorias era necesario considerar plazos mayores para la presentación de propuestas que los que inicialmente consideramos. Así, en la primera convocatoria hubo menos postulaciones y en la segunda éstas se incrementaron gracias a la creación de nú- cleos que sabían que venía otra convocatoria y que contar con financiamiento por dos años les iba a permitir consolidarse. Varios de los núcleos, una vez terminado el plazo del proyecto y cumplidos los resultados comprometidos, solicitaron apoyo de continuidad ya que se les habían abierto otras posibilidades de proyección y, ya que
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