Producción interdisciplinaria: respuestas institucionales a la transversalidad del conocimiento
Comentarios del Público - 103 en el fondo es lo que siempre estamos discutiendo. Hay política cuando los hombres podemos discutir con cierto grado de autonomía nuestra manera de estar juntos. Todos los proyectos estéticos de hoy tienen que ver con ese asunto. Uno va al teatro y siempre ese problema está ahí. Entonces eso nos vino muy bien, y se vincula con la tercera pregunta que es la de la experimentación, porque ahí está el asunto. De algún modo ese problema estético que es el de la comunidad de los materiales, es también un problema de la experimentación, es decir, qué es lo que queremos reunir, qué es lo que queremos poner en común. Sobrentendiendo que siempre que ponemos algo en común des- armamos algo que estaba en común, porque no hay una especie de sutura final de la vida colectiva, siempre hay comunidades que se construyen desarmando comunida- des. Eso ocurre en el espacio público, ocurre en la política, ocurre en la filosofía y en la teoría, ocurre en la estética y ocurre en el arte. Ese es un problema que de alguna manera aglutina el cruce interdisciplinar. Es decir, no somos interdisciplinares por- que creemos oír una demanda al respecto, sino porque los problemas que tenemos nos obligan a trabajar de esa manera. Tenemos un problema que es un problema en principio político, pero que está activado en todas las demás disciplinas. Por último, la pregunta por la productividad. Esa es la pregunta más difícil por- que es la que más problemas nos ha traído, aunque se ha ido resolviendo en términos del entusiasmo que sentimos tanto los académicos, los profesores, como también muchos estudiantes que son estudiantes que publican en gran cantidad. Producimos una gran cantidad de libros, todos escribimos y tenemos nuestro libro por años, etc. Esos libros tampoco surgen de una necesidad de responder a una productividad, surgen de que realmente estamos muy interesados en incidir en un debate como el debate contemporáneo y nos matamos escribiendo esos libros, sin ganar mucha plata, a solas, levantándonos a las seis de la mañana. Es un trabajo que también tiene un resultado. De alguna manera retoma algo de una separación de la universidad y la vida en común, con todos los peligros que eso tiene. Por ejemplo, cuando noso- tros diseñamos los cuadros de productividad para entregar a los procesos de acre- ditación, si entramos por artículos indexados perdemos como en la guerra. Pero si entramos por los libros tenemos, por ejemplo, Andrés Claro publicó el año pasado un libro que tiene 1200 páginas, entonces él dice, "bueno, que digo, si yo desarmo este libro y lo publico como artículos ISI, tendría en este momento a lo mejor, 30 o 40 artículos ISI, pero resulta que estoy publicando un libro. Ese es el material con el que yo quiero expresar lo que estamos discutiendo" y a mí me parece muy válido y hay estrategias por supuesto para hacer valer eso. El problema no es producir, porque producir puede ser muy interesante, el asunto es desde dónde uno siente que está produciendo, si está produciendo porque tiene que cumplir con índices curricula- res, demandado, o si está produciendo porque tiene un gran entusiasmo con cosas
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