Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1
¿Malestar de qué?/ Macarena Orchard — Álvaro Jiménez – 81 mico de las últimas décadas, establecido sobre la base de profundas desigualdades sociales, y un modelo de sociedad, carente del más mínimo sustento a nivel de las preferencias normativas de los chilenos, habrían producido un aumento del males- tar social que habría terminado por cuestionar las bases mismas del modelo 31 . En dicho contexto, apareció a su vez una crítica explícita a la tesis de las paradojas de la modernización, la cual habría confundido crecimiento económico con proceso mo- dernizador real, reproduciendo así –sin siquiera esperarlo– la matriz ideológica de la dictadura. En tal sentido, los diagnósticos sobre las consecuencias negativas o las insuficiencias de la modernización nunca se habrían preguntado por el fundamento de lo que llamaban modernización, desviando el foco de la crítica desde lo econó- mico a lo político-cultural: “el malestar no es un fenómeno ‘propio del progreso’ o derivado de instituciones políticas atrofiadas. Por el contrario, su base es, en gran medida, económica”. En consecuencia, el malestar sería el efecto “de una sociedad que avanza en su demanda de bienestar, y un régimen económico incapaz de realizar esa promesa sin minar sus propias premisas” 32 . Por su parte, también otros subrayaron que la lógica neoliberal (flexibilidad laboral, generalización de la competencia, sobre-endeudamiento, etc.) y la desesta- bilización producida en el plano de la experiencia individual, habrían introducido una “inconsistencia posicional” generalizada, donde el sustrato singular del malestar chileno residiría en una actitud cotidiana de inquietud asociada a una percepción de inestabilidad de los lugares, de las trayectorias y de la integración social 33 . No obstante, al igual que en la década del ’90, los diagnósticos del malestar post-2011 fueron contestados como una “interpretación ideológicamente sesgada” emanada desde una intelectualidad de izquierda incapaz de percibir la situación de descontento como un llamado a corregir, expandir y profundizar el “modelo”, es de- cir, generar más acceso y oportunidades al interior de él 34 . Desde este punto de vista, la hipótesis del malestar en Chile se encontraría falseada por la creciente satisfacción de los chilenos con la vida y por la fuerte confianza de los mismos en el futuro, tanto en su situación personal como en aquella de sus hijos. Así, el descontento sería más bien el resultado natural de las aspiraciones e ideales surgidos de la interacción entre libertades políticas, culturales y económicas en un contexto de consolidación de la democracia y de modernización económica, las cuales producirían ciudadanos con 31 Mayol, El derrumbe . 32 Alberto Mayol y José Miguel Ahumada, Economía política del fracaso. La falsa modernización del modelo neoliberal (Santiago: Ocho libros Editores, 2015), 215, 78. 33 Cf. Kathya Araujo y Danilo Martuccelli, Desafíos comunes. Retrato de la sociedad chilena y sus individuos (Santiago: LOM, 2012); Catalina Arteaga y Danilo Martuccelli, “Neoliberalismo, corporativismo y ex- periencias posicionales. Los casos de Chile y Francia”. Revista Mexicana de Sociología 74, nº 2 (2012): 275-302. 34 Marcel Oppliger y Eugenio Guzmán, El malestar de Chile: ¿teoría o diagnóstico? (Santiago: Ril, 2012).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=