Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1
¿Malestar de qué?/ Macarena Orchard — Álvaro Jiménez – 75 (pública y privada) de los individuos por efecto de su potencial control mediante la burocratización y la racionalidad instrumental, produciendo un proceso de “desen- cantamiento del mundo”, de pérdida de horizontes morales, del sentido de la expe- riencia y de la libertad. De hecho, este tipo de argumento se encuentra detrás de algunos representantes de la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt. Por ejemplo, a partir de una lectu- ra freudomarxista de la “racionalidad instrumental”, Herbert Marcuse ha sosteni- do que las sociedades industriales avanzadas producirían una represión excedente como resultado de una forma de organización específica del trabajo. De acuerdo a él, se trataría de una forma de organización social de corte represivo que, a su vez, produciría consistentemente un “malestar excedente” 8 . Asimismo, Axel Honneth ha más recientemente intentado revitalizar este tipo de lectura, sosteniendo que la es- tructura del nuevo capitalismo neoliberal implicaría una serie de transformaciones institucionales y normativas en virtud de las cuales se promoverían un conjunto de “contradicciones paradójicas”, donde los ideales de autorrealización se habrían con- vertido en exigencias externas para dar lugar a distintas formas de “patología social”. “De este proceso de una conversión de ideales en presiones, de pretensiones en de- mandas, se han generado formas de un malestar y sufrimiento social que antes no se conocían como fenómeno masivo en la historia de las sociedades occidentales. […] se han extendido durante las últimas décadas otras formas de sufrimiento social […] [que] tienen lugar en el ámbito de la enfermedad psíquica, de modo que para examinarlas se dispone sólo de indicadores clínicos” 9 . El malestar como efecto del proceso de individualización Otra vía de análisis muy influyente durante los últimos años ha sido la lectura de los procesos sociales en términos de individualización. Este tipo de análisis enfatiza el hecho de que la emancipación creciente respecto de ciertos vínculos tradiciona- les habría otorgado mayores grados de autonomía personal, donde el precio de esta “desinstitucionalización” habría impactado sobre las identidades sociales, las cuales se habrían vuelto cada vez más frágiles. Un rasgo común de estas perspectivas es que asumen el supuesto de que los cambios en las dinámicas societales y en la estructura social tienen consecuencias sobre las dinámicas psíquicas y la estructura emocional. Por ejemplo, Norbert Elias mezcla la teoría weberiana de la racionalización con la teoría freudiana del control pulsional para dar cuenta de un malestar inherente a lo que denomina “proceso de civilización”, es decir, al proceso de producción de los 8 Herbert Marcuse, Eros y Civilización (Madrid: Ariel, 2010). 9 Axel Honneth, Crítica del agravio moral. Patologías de la sociedad contemporánea (Buenos Aires: FCE, 2009), 382-383.
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