Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1

74 – malestar y destinos del malestar Políticas de la desdicha la satisfacción pulsional puede llegar a producir resultados patológicos; por la otra, sostiene que no hay nada patológico en el sufrimiento que resulta de tal renuncia. De hecho, en uno de los últimos párrafos de El malestar en la cultura , Freud toma distancia de la idea de “neurosis colectiva” y se muestra prudente respecto de la apli- cación sociológica del psicoanálisis. ¿Por qué? Porque en términos de sociedad es imposible realizar una distinción normal/patológico y porque la neurosis misma (los síntomas) es sólo una de las posibilidades de expresión del malestar. “Si el desarrollo cultural presenta tan amplía semejanza con el del individuo y tra- baja con los mismos medios, ¿no se está justificado en diagnosticar que muchas cul- turas -o épocas culturales-, y aun posiblemente la humanidad toda, han devenido ‘neuróticas’ bajo el influjo de las aspiraciones culturales? […] Yo no sabría decir si semejante ensayo de trasferir el psicoanálisis a la comunidad de cultura es disparata- do o está condenado a la esterilidad. Pero habría que ser muy precavido, no olvidar que a pesar de todo se trata de meras analogías” 4 . En todo caso, en su interpretación de los hechos sociales, Freud insiste en una pers- pectiva naturalista y un individualismo metodológico que, inevitablemente, lo con- ducen a una serie de impases sociológicos, los cuales redundan en el falso dilema individuo v/s sociedad 5 . Posteriormente, en el campo de la teoría psicoanalítica se desarrollará una cierta forma de “clínica de lo social” que leerá la especificidad del “actual malestar en la cultura”, ya no como un efecto de civilización –o, si se quiere, del progreso social–, como pensaba Freud, sino como resultado de un declive del “orden simbólico”, al modo de una degradación de lo social que se traduciría en una “alteración al nivel su- peryoico” y que produciría formas más complejas de malestar atestiguadas tanto por la aparición de una “nueva economía psíquica”, como por la emergencia de una serie de “nuevas patologías” (trastornos narcisistas, estados límite, pasajes al acto, etc.) 6 . El malestar como efecto del proceso de racionalización Max Weber es uno de los primeros en subrayar los efectos de la extensión del proce- so de racionalización hacia esferas sociales, en principio, sujetas a vínculos de valor y afectividad 7 . En su perspectiva, la progresiva tendencia hacia la racionalización representaría una sustancial ganancia para las sociedades en el plano de la eficacia técnica y del control sobre la naturaleza, pero al costo de poner en riesgo la vida 4 Sigmund Freud, “El malestar en la cultura” en Obras Completas de Sigmund Freud , vol. 21 (1930[1929]; Buenos Aires: Amorrortu, 2004), 138. 5 Cf. infra la contribución de Pierre-Henri Castel, “¿Freud sin malestar?”, incluida en este volumen. 6 Cf. François Richard, L’actuel malaise dans la culture (Paris: Éditions de L’Olivier, 2011). 7 Max Weber, Economía y Sociedad (México D.F.: FCE, 1964).

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