Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1
66 – malestar y destinos del malestar Políticas de la desdicha testantismo en toda Europa, pero aquí hay un elemento adicional que distingue y singulariza el puritanismo americano: la exigencia de un acto de voluntad personal, ya que uno se convierte en cristiano mediante la celebración de un pacto [ covenant ]. Mientras el católico se confiesa, el protestante se embarca en la auto-examinación. El individualismo político es una prolongación de este individualismo religioso en su preocupación por la construcción de una sociedad desde propiedades inherentes al individuo que es capaz de una auto-dirección. Esta orientación es más una pro- piedad social que psicológica; se trata de una representación colectiva que perduró en el período revolucionario y en la época romántica del siglo xix. La configuración individualista estadounidense difiere de la francesa en el hecho de que ubica lo pri- vado y lo público en el mismo nivel: la realización personal y la construcción de la comunidad se asumen como aspectos que van de la mano. La igualdad se percibe en términos de oportunidades, con un énfasis en la autosuficiencia [ self-reliance ], que no está presente en la comprensión francesa de “oportunidad”, término que para los franceses tiende a referir un tipo de oportunismo y a tener (a ser percibido como) connotaciones anglosajonas de tipo puramente utilitarias y orientadas al mercado. Esta noción de sí mismo implica una forma de vivir juntos con maneras específicas de hablar y actuar, ideas de la realidad y normas de comportamiento. Esto también se asocia a los valores clave de la realización personal, fundados en el puritanismo y la igualdad, que derivan de los valores de la sociedad democrática. En este sentido, el self no es un elemento aislado dentro del individuo, sino un vínculo entre lo per- sonal y lo social, el individuo y la comunidad. Fue Emerson quien anunció esta idea. Él combinó el naturalismo romántico y la hermenéutica puritana bajo la idea nor- teamericana de self , como cuando dijo que la “empresa estadounidense, a diferencia de todas los demás, entrelaza autorrealización personal y corporativa” 27 . La relación del individuo con Estados Unidos es directa, al igual que la del creyente con su Dios. No hay presumiblemente necesidad de aquellas instituciones que en Francia median entre el individuo y la sociedad. El individualismo francés es un individualismo político , en el cual el Estado (con mayúscula) encarna el concepto de institución que, manteniendo al individuo lejos de sus dependencias privadas y protegiéndolo, representa la solidaridad y la obliga- ción de la sociedad hacia todos, en particular hacia sus miembros más débiles. La institución, mediando entre lo particular y lo universal (como la Iglesia entre el cre- yente y su Dios), es de hecho una dimensión sagrada en la comunidad francesa. En Francia, uno es primero ciudadano universal y, sólo entonces, francés, mientras que en ee.uu. uno es estadounidense, lo cual combina las dos referencias a un mismo 27 Sacvan Bercovitch, The Puritan Origins of the American Self (New Haven y London: Yale University Press, 1975), 169.
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