Malestar y destinos del malestar: políticas de la desdicha vol. 1
Estrategias estatales de psicologización de la política / Horacio Foladori – 181 a diario – y que exigen un tiempo considerable – supone el haber metido la buro- cracia en el aula, cuyo efecto directo es la eliminación de toda posibilidad creativa al servicio de la tarea. De este modo, sólo se puede producir aburrimiento y, como consecuencia, problemas de disciplina. Sorprende que se desee enseñar temáticas que no se apoyan en la curiosidad infantil. Ya Freud había mostrado que la disponibilidad de energías libidinales des- tinadas al aprendizaje tenían como fundamento la natural curiosidad que el niño desarrollaba en la infancia 4 . Desde allí, el acto de aprendizaje ha de apoyarse en la curiosidad infantil, desarrollando el interés. Si el niño se entusiasma en esta investi- gación con otros , no presenta problemas de disciplina. Kaës muestra cómo, progresivamente, las instituciones van perdiendo su tarea primaria en aras de otras, como la burocracia, que acapara la atención y el tiempo de la institución 5 . Este desplazamiento es grave, ya que al dificultar a la institución rea- lizar el trabajo para el cual fue fundada, pierde su objetivo, repercutiendo en los gra- dos de realización personal de todos los funcionarios que laboran en ella. Este efecto es productor de sufrimiento institucional, ya que las personas realizan su proyecto personal al mismo tiempo que desarrollan el proyecto institucional. Si lo segundo se dificulta, lo primero resulta en un mar de frustraciones que socava la identidad de los funcionarios. Pero en la realidad escolar oficial se recurre a nuevas reglamentaciones; por ejemplo, sobre convivencia escolar, ahora a cargo de abordajes psicológicos tan sólo para garantizar el control. Los psicólogos escolares y orientadores no pueden traba- jar con la locura institucional, sino tan solo con la locura que produce la institución en algunos de sus miembros. No son pocos los colegios en cuya propaganda figura la presencia del psicólogo, como el boy scout que está “siempre listo” para intervenir en problemas de conducta cuando sea solicitado. La estrategia estatal coopta varios adeptos. Psicólogos y pedagogos resultan im- prescindibles para garantizar que los trastornos que el sistema produce sean corre- gidos. Algo más allá, la psiquiatría se encarga ya tanto de justificar las afecciones bajo la forma de un problema individual y genético, como de ritalinizar 6 a todo escolar que no se adecua al encierro y la pasividad en el aula. La psicologización de toda “mala conducta” es evidente, obviándose la reflexión por la institución Estado productora de los efectos señalados. 4 Sigmund Freud, “Tres ensayos para una teoría sexual”, en Obras Completas de Sigmund Freud, vol. 7 (1905; Buenos Aires: Amorrortu, 1992), 109-224. 5 René Kaës, Antonello Correale, Emmanuel Diet, Bernardo Duez, Otto Kernberg y Jean Pierre Pinel, Sufrimiento psicopatología de los vínculos institucionales (Buenos Aires: Paidós, 1998). 6 El autor utiliza el neologismo “ritalinizar” en referencias a la prescripción frecuente de la droga Ritalin (metilfenidato) a niños con problemas de aprendizaje escolar y/o de conducta, a menudo diagnosti- cados con síndrome de déficit atencional. [Nota del editor].
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