Cirugía en medicina general: manual de enfermedades quirúrgicas

525 Capítulo 59 / Trauma Vascular Zonas III Se deben explorar los hematomas por traumatismo pene- trante en la zona III para descartar lesión de los vasos ilíacos. El control proximal previo a la exploración del hematoma se obtiene a nivel de la aorta distal o a nivel ilíaco común en caso de hematomas unilaterales pequeños. Para las lesiones a nivel de las arterias ilíacas externas, puede ser necesario realizar un control distal en el muslo inclusive con la necesidad de división del ligamento inguinal (Teixeira, DuBose, 2017). En caso de pérdida de pulso femoral también está indicada la exploración. Se deben, además, explorar los hematomas expansivos pulsátiles o con hemorragia activa. En esta zona se deben considerar como alternativa de reparación los procedimientos endovasculares. El trauma abdominal es un escenario complejo, que requiere manejo rápido y efectivo desde la reanimación inicial hasta la resolución del cuadro. Es importante el control oportuno con procedimientos de control de daño y posterior reparación. Se debe considerar que el tipo de reparación dependerá del tipo de daño y quien tomará la decisión finalmente será el especialista. Se debe buscar lesiones asociadas, perforaciones viscerales, fracturas de columna, lesiones medulares o fracturas de pelvis. Se debe considerar como alternativa de manejo, la laparostomía contenida, control de daños, packing y second look. Se debe además tener monitorización estricta de la presión intraabdominal para evitar el síndrome compartimental (Teixeira, DuBose, 2017). PRONÓSTICOY SEGUIMIENTO El pronóstico dependerá de las características del trauma, los órganos comprometidos, su severidad, la capacidad funcional del paciente y de un manejo eficaz y oportuno. El manejo del trauma vascular corresponde a un escenario desafiante tanto para el médico general en primera instancia, como para el cirujano que lo recibe para manejo definitivo, que requiere aplicar una serie de recursos técnicos para lograr manejar de manera óptima al paciente traumatizado. La terapia endovascular está jugando un rol cada vez más importante en el manejo del trauma vascular a través de accesos mínimamente invasivos lo que mejora el pronóstico y facilita el seguimiento de estos pacientes. CONCLUSIÓN El trauma vascular corresponde a la injuria de un vaso sanguíneo frente a un trauma de alta energía o penetrante. La clínica puede ser tanto de isquemia como de hemorragia, y se dividen en “signos duros y blandos” según su severidad. La lesión puede no ser evidente, por lo que se requiere un elevado índice de sospecha. El paciente se puede deteriorar en minutos si no se instauran medidas precoces de tratamiento. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Biffl, W. L. (2002). 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