Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
8 HABLAR, PERSUADIR, APRENDER generar un ambiente adecuado para favorecer los aprendizajes, mostrando confianza en sus estudiantes; de velar por la mantención de espacios libres de discriminación, violencia y cualquier tipo de acoso que impida el óptimo desarrollo de las potencialidades del estudiantado, y de permitir la libre expresión de sus identidades. Calidad educativa, estableciendo los mecanismos de promoción y aseguramiento de la calidad, como la autoevaluación institucional y de programas académicos, y la definición de programas concretos demejoramiento y productividad académica, como parte de las prácticas permanentes de mejora continua, basadas en la reflexión y el aprendizaje institucional, procurando que cada proceso se realice con rigurosidad y espíritu crítico. En concordancia con lo anterior, la importancia de estemanual radica en que conceptualiza la oralidad académica como una práctica flexible y espontánea, con ajustes según la audiencia y la dinámica del intercambio, pero también con preparación, guion, ensayo y revisiones previas. Es un importante aporte para trabajar la defensa de tesis, tesinas y trabajos extensos, así como problemáticas específicas que puedan afectar la titulación oportuna de quienes estudian en la universidad. Además, explora las articulaciones entre escritura y oralidad, como competencias distintas, pero naturalmente interrelacionadas, por ejemplo, en la elaboración de presentaciones orales utilizando PowerPoint o en la producción de guiones escritos para acompañar presentaciones orales. En un ambiente formativo que estimula el desarrollo de capacidades para convivir, dialogar y ser efectivos en contextos de alta diversidad, que comparte y difunde las buenas prácticas docentes, en una institución cuyo proceso formativo está centrado en las y los estudiantes, estemanual valora las perspectivas de diferentes actores de la comunidad académica. De esta manera, no impone una forma unívoca de comunicación experta, sino que incorpora testimonios de académicos, académicas y estudiantes sobre sus experiencias con la comunicación oral en la universidad, un ejemplo válido de la buena práctica de compartir experiencias en una comunidad de aprendizaje. Por otro lado, este manual ofrece a sus lectores y lectoras la posibilidad de relacionar los contenidos expuestos con sus experiencias y conocimientos previos. Con ello, se establece una posición: se valora la visión y trayectoria previa y se “invita” a la conversación. La lectura de este texto nos da la oportunidad de reflexionar sobre nuestra práctica docente y, a quienes estudian en la educación superior, les entrega dispositivos concretos para organizar y mejorar sus trabajos y presentaciones orales, ofreciendo igualdad de oportunidades para elaborar y sustentar sus tareas y aprendizajes, un verdadero aporte a la equidad e inclusión. En suma, este manual se hace cargo de la necesidad recogida desde los actores del proceso formativo de abordar la comunicación oral académica, un aspecto central en el aula universitaria y en ciertas etapas formativas (titulación o graduación), pero que no se suele enseñar, orientar ni retroalimentar, es decir, un aspecto del currículum oculto. Para cubrir este desafío han surgido diversos programas que buscan mejorar la escritura y defensa de tesis, tesinas o memorias, pero permanece la tarea de aprender a comunicarse académicamente en forma oral en el contexto de cada disciplina. Este manual se hace cargo de este objeto olvidado de enseñanza, promoviendo el aprendizaje estratégico y situado, es decir, que es autorregulado y constante, ya que quien estudia puede monitorear su desempeño a partir de instrucciones claras, además de aprender en forma permanente y de manera autónoma. Para finalizar, retomaré la historia del comienzo. Luego de conversar con sus estudiantes, Mónica concluyó que había planificado su curso pensando en lo que a ella le gustaba y en cómo había ensañado (e incluso aprendido) por años con estudiantes de otra carrera, sin priorizar los focos de la profesión y la interacción con sus estudiantes y motivaciones. Si ella hubiera tenido a la mano un texto como el que presentamos, seguramente habría organizado sus presentaciones reconociendo los conocimientos y experiencias previas, expectativas, estilos, estrategias y metas de aprendizaje de sus estudiantes y la carrera que cursan. En particular, habría considerado que una conversación, una exposición o una simulación oral pueden ser potentes herramientas de aprendizaje significativo y esto habría servido para transformar la enseñanza universitaria tradicional, por cuanto supone que el foco del proceso es el aprendizaje y no solo la enseñanza; y que, en esa lógica, las y los estudiantes cobran un rol protagónico para seleccionar estrategias metodológicas, didácticas y de evaluación. Todo ello le habría sido útil para focalizar expectativas y organizar su docencia. Por todo esto es que les animo a explorar este texto en busca de herramientas para enseñar y aprender, aprovechando el potencial epistémico de la comunicación oral.
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