Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
39 Capítulo 1 Guía del Estudiante 2. Considerar las expectativas de la audiencia: preparar la presentación, ¿para quién? Para preparar una presentación oral es fundamental considerar las expectativas, aprensiones o intereses que tendrá la audiencia. ¿Cuál es el grado de conocimiento que tiene respecto del contenido de la presentación? ¿Cuál es la información novedosa o que requeriría de mayor explicación? ¿Cómo espero que reaccionen con la presentación? ¿Sobre qué elementos metodológicos o teóricos se debería dar cuenta? ¿Hay requerimientos formales a los que atender? Estas son algunas de las preguntas que conviene hacerse a la hora de preparar una presentación oral. ¿Cómo enfrentarse a la audiencia en el contexto académico? En cada facultad, donde docentes, investigadoras e investigadores dan forma a lo que llamamos una “disciplina”, se desarrollan miradas particulares, diferentes maneras de analizar y definir los fenómenos del mundo. Las disciplinas son diversas y tienen visiones y características específicas, por lo que las audiencias en cada disciplina —y a la vez cada profesora o profesor en una carrera en particular— tendrán expectativas propias. Pero independientemente de las especificidades disciplinares, hay aspectos de la comunicación académica que serán parte de las expectativas típicas de una audiencia en ese contexto. Por ejemplo, generalmente se esperará que una presentación oral refleje preparación, investigación y, por lo tanto, dominio del tema. ¿Hay más expectativas típicas que puedas reconocer en el contexto universitario? Perspectiva de un par “Para mí lo fundamental es hacer un punteo de lo que es más importante decir. Luego armo el material de apoyo de mi presentación, siempre teniendo en cuenta quiénes la escucharán. Para preparar la presentación generalmente la practico una vez con cronómetro y voy revisando qué cosas decir y qué cosas no. Luego me grabo o le pido a alguien que me escuche, reviso las muletillas y si se entiende la presentación en general.” Estudiante, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile Los investigadores Thaiss & Zawacki (2006) plantean que la escritura en el contexto académico, más allá de las diferencias entre disciplinas y docentes individuales, tiene tres características clave: 1. Refleja un trabajo persistente, crítico y disciplinado. La academia odia las personas aficionadas, que se mueven caprichosamente de un tema a otro, según sus intereses momentáneos y que asumen—simplemente por ese interés— que están calificadas para pronunciarse sobre ese tema. Las académicas y académicos, ya sea que lean los trabajos de sus estudiantes o evalúen artículos de revistas, son invariablemente duros con cualquier estudiante o colega que no haya leído en profundidad, que no esté preparado para hablar formal o informalmente sobre el tema de la escritura, y cuya escritura no muestra una cuidadosa preocupación por el objeto de estudio y un pensamiento reflexivo sobre ello. 2. Da cuenta del dominio de la razón por sobre la emoción o la percepción sensorial. En la tradición occidental, quien escribe es una persona intelectual, pensadora y usuaria de la razón. Esta identidad no significa que las emociones o los estímulos sensoriales estén ausentes de la escritura académica: de hecho, las ciencias naturales siempre han dependido de una aguda conciencia sensorial, la detección de sutiles diferencias en apariencia, fragancia, sabor, textura, sonido, movimiento; además, las artes y las humanidades no existirían sin la apreciación sensitiva, intensa y altamente articulada de especialistas. Para profundizar
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