Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
25 Introducción Si bien la comunicación no verbal es difícil de entrenar, porque se vincula a procesos automatizados, de los que tenemos poca conciencia, sí se pueden seguir ciertas estrategias para aprovecharlos al máximo: Ensayar la presentación previamente. Muchas de las dudas y titubeos de una presentación oral pueden anticiparse y ajustarse con solo ensayarla de forma previa. Es recomendable poder presentar frente a otra persona que funcione como audiencia y entregue sugerencias puntuales. Mirar a toda la audiencia. El contacto visual es fundamental para que la audiencia se sienta incluida e interpelada. Por eso, cada cierto tiempo en nuestra presentación, debemosmirar con atención a los distintos sectores de la audiencia, intentando que no haya ningún sector que haya perdido nuestra atención. Controlar losmovimientos involuntarios. Los nervios y la adrenalina puedenhacer que nos balanceemos, que nos movamos de un lugar a otro, que agitemos las manos. Estos movimientos pueden comunicar una sensación de ansiedad que va en contra de la solidez y seguridad que se quiere transmitir. Hablar de forma pausada. A veces, la ansiedad por decir todo lo que sabemos hace que no podamos articular bien, que no tengamos tiempo para planificar o rectificar lo dicho, o que no podamos mostrar qué cosas son más y menos importantes. Para lograr estos propósitos, es fundamental hablar lento y pausado, a un ritmo que la audiencia pueda seguir. Hacer una pausa antes o después de una afirmación importante, o esperar un segundo para lograr un efecto o una respuesta en la audiencia, es un signo de experticia. Elevar el tono de voz para que todos puedan escuchar. Es posible que nuestra voz no sea escuchada por toda la audiencia, incluso cuando se usa micrófono. Al comenzar la exposición, hay que asegurarse de que todos escuchen correctamente, lo que se puede preguntar directamente a la audiencia. De la misma forma, debemos orientar nuestra voz hacia los distintos sectores de la audiencia. Reformular y enfatizar afirmaciones clave. Si bien en la presentación oral no podemos “borrar” lo que ya hemos dicho, sí podemos reformular. Es decir, si notamos que una frase fue poco clara o si cometimos un error en la pronunciación de una palabra, siempre es posible volver a decir, utilizando algún reformulador como “quiero decir”, “mejor dicho” o “en otras palabras”, entre otros. Interpelar directamente a la audiencia y responder a imprevistos. Si suena una alarma en la calle, si interrumpe alguien en la sala, si cometemos un error o si hay risas o preguntas, es recomendable hacer algún comentario al respecto e incluir ese suceso en la presentación oral. Así, resulta clave la flexibilidad: ajustarse a los vaivenes de una situación en cierto punto impredecible, salirse del libreto e incluir a la audiencia son todos signos de experticia en una presentación oral. Aceptar el estrés como natural. Presentar signos de estrés antes de un evento tan desafiante como una presentación oral es completamente normal. Sin embargo, muchas veces los expositores o expositoras tienden a aumentar su nerviosismo al hacerse conscientes de su propia ansiedad, temor o estrés. En lugar de desgastar recursos emocionales y cognitivos en pensar en los nervios que sentimos, es mejor aceptar el estrés como parte natural de la situación. Finalmente, realizar una presentación oral en el contexto académico supone un gran desafío en el nivel universitario. Las y los estudiantes deben ser capaces de planificar una presentación considerando el “para qué” y el “para quién”, con el fin de tomar decisiones estratégicas en un contexto de actividad dado. Además del diseño de una presentación en términos de los puntos que se abordarán, los argumentos que se sostendrán y los énfasis que se darán, también es necesario ensayar para poder controlar el natural nerviosismo que muchas veces se transmite de múltiples maneras, con frecuencia a través de la comunicación no verbal. Lo cierto es que la práctica, la retroalimentación y la reflexión permanente son la base sobre la cual se construyen las buenas oradoras y oradores. Este manual busca ser un aporte en ese camino que tantas y tantos docentes, estudiantes y profesionales de distintos campos deben recorrer.
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