Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
20 HABLAR, PERSUADIR, APRENDER 2. Herramientas retóricas para la oralidad: comunicar y persuadir en entornos académicos La retórica surgió en la antigüedad clásica como un cuerpo teórico que se centraba en los usos y características de la comunicación para propósitos sociales y políticos. Su foco era el uso del lenguaje, especialmente de la comunicación oral, para participar de las nuevas instituciones políticas de la democracia y la república (Bazerman, 2015). En la actualidad, el enfoque denominado Nueva Retórica ha rescatado diversos aportes de la retórica clásica y contemporánea para comprender cómo diferentes textos orales y escritos son utilizados para propósitos sociales en campos concretos de la actividad humana. El impacto y relevancia de la retórica se explica por su foco en dos preguntas concretas que resultan útiles al momento de diseñar una presentación oral, preparar la intervención en una discusión y planificar la escritura de un ensayo, entre otros: ¿Para qué quiero comunicar algo? ¿A quién quiero comunicar algo? Preguntar “para qué” y “a quién” posibilita al hablante (o a las escritoras y escritores) tomar decisiones que sean coherentes con sus propios propósitos en un contexto dado. ¿Qué es lo que se espera lograr en una discusión grupal o en una presentación? ¿Qué espera la audiencia? ¿Qué relación tiene con el hablante? ¿Lo están evaluando o están aprendiendo su mensaje? ¿Cuánto sabe la audiencia del tema? ¿Se necesita un discurso más técnico o más pedagógico? ¿Cuánto tiempo tengo para comunicar? ¿Qué recursos y estilo se espera que use? Las preguntas “para qué” y “a quién” enfatizan el carácter social de la comunicación, pues se reconoce a un sujeto que utiliza el lenguaje por uno o más motivos para dirigirse a otras y otros. Así, las herramientas conceptuales de la retórica permiten comprender el fenómeno de la comunicación oral, transferir este tipo de preguntas a diferentes situaciones y reflexionar en torno a las decisiones que pueden tomar los hablantes en consideración de sus múltiples contextos y propósitos. En todo contexto, la comunicación está orientada siempre a un propósito que constituye la razón o motivo de la comunicación. En ocasiones pueden existir varios propósitos que resultan difíciles de determinar (Bazerman, 2015). Por lo mismo, es posible que los motivos a los que se dirige nuestra presentación oral no sean siempre sencillos de definir. Por ejemplo, en la presentación oral de un trabajo de investigación al final de un curso, el propósito podrá ser presentar de manera convincente al equipo docente y a los pares los aportes del estudio, pero también quien expone podría —consciente o inconscientemente— buscar validarse en la disciplina que estudia a través de su presentación. Si se trata de un curso de metodologías de investigación, es probable que también tengamos el propósito de probar nuestra rigurosidad metodológica para, en último término, aprobar el curso. Dar énfasis a aspectos metodológicos, por ejemplo, es una decisión que las y los estudiantes pueden tomar al establecer una reflexión en torno a el o los propósitos a los que se orienta la presentación oral. La pregunta “¿para qué quiero comunicar algo?” permite identificar el propósito específico de un evento de comunicación oral. Un acto de comunicación oral orientado a un propósito en un contexto determinado surge a partir de lo que se conoce como situación retórica . La situación retórica es aquella circunstancia que nos impulsa a defender una idea, posición o perspectiva (Bazerman, 2015), a decir algo con un propósito. Así, la defensa oral de una tesis o un debate entre amigos son por igual situaciones retóricas, pues en ambas se busca “probar algo”, movilizar las creencias de otros u otras o lograr determinados efectos. Ahora bien, las relaciones entre las y los participantes varían de una situación a otra. En el caso de la defensa de una tesis, existe asimetría de poder y de conocimiento entre el equipo docente que evalúa y el o la estudiante que está demostrando que ha desarrollado una investigación sólida y original, según ciertos criterios disciplinares. Comprender el carácter retórico de esta y otras situaciones en que usamos la comunicación oral permite tomar decisiones estratégicas, como seleccionar la información propicia o determinar los focos que queremos poner de relevancia. Como puede apreciarse, un elemento central de la comunicación oral como actividad social y situada es la audiencia . Ya sea si la comunicación se dirige a un grupo extenso de personas o a una sola, la consideración de esa audiencia permite que podamos seleccionar información y organizarla de una manera coherente (Craig, 2013). La presencia de una audiencia es lo que nos conmina a construir formulaciones que sean comprensibles
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