Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
14 HABLAR, PERSUADIR, APRENDER dedicar algunas clases del curso para que grupos de estudiantes realicen presentaciones cortas; proponer actividades de escritura cortas y analíticas para reemplazar al menos algunas de las pruebas de selección múltiple del curso; asignar proyectos en equipo que las y los estudiantes lleven a cabo fuera de la clase, pero usando tiempo de la clase para tratar algunos aspectos de su desarrollo. Las profesoras y profesores más ambiciosos participan del rediseño de cursos que incorporan la idea de “invertir la sala de clases” (por ejemplo, la Flipped Learning Global Initiative, http://flglobal.org ). Como sugiere la expresión, este enfoque transforma radicalmente la relación estereotípica entre el tiempo en sala (escuchar una clase magistral) y el tiempo fuera de la sala dedicado al curso (leer para la siguiente clase, estudiar para una prueba, escribir un texto, trabajar en un laboratorio, entre otras). En una sala de clases invertida, el tiempo en sala se usa para trabajar en aquello para lo que realmente es necesario que la gente se reúna en el mismo lugar y al mismo tiempo, como trabajar grupalmente en proyectos, discutir de forma guiada sobre la información y las ideas a partir de las lecturas u otras fuentes, hacer preguntas y respuestas con la orientación docente, etc. Por su parte, el tiempo fuera de la sala se usa a menudo para ver videos de lo que habría sido una exposición en clases, para realizar pruebas en línea sobre información previamente estudiada o para leer la bibliografía asignada. Con todo, lo fundamental es lo siguiente: tanto si se “invierte” por completo el modelo prototípico de clase magistral como si se usan algunas de las muchas ideas para convertir la clase en una instancia más interactiva y rica en lectura y escritura, las y los docentes de todas las áreas tienen muchas opciones para ayudar a que sus estudiantes usen más su capacidad para aprender y para desarrollar sus habilidades de expresión a través de la lengua, tanto oral como escrita. Los capítulos de este libro serán un material valioso en el camino a la realización de estas metas para la enseñanza. En cuanto a las y los estudiantes que participan actualmente de clases magistrales prototípicas, no permitan que las limitaciones del curso inhiban su aprendizaje. Si aceptan que lo que pueden aprender en ese tipo de cursos con evaluaciones de selección múltiple es apenas una pequeña fracción de lo que son capaces de adquirir, entonces siempre encontrarán formas de enriquecer su conocimiento y se desafiarán ustedes y al resto (incluyendo a sus docentes) a llevar su aprendizaje más allá. Existe un gran número de estudiantes que se sienten bien asistiendo esporádicamente a clases, aprobando sus cursos con un poco de suerte y luego olvidando con alegría lo que supuestamente “aprendieron” en el curso. Sin embargo, incluso quienes asisten religiosamente a cada clase, estudian esforzadamente para las pruebas y aprueban con notas altas están apenas arañando la superficie de su aprendizaje. Muy probablemente hayan recibido un conocimiento superficial de las nociones convencionales del área temática del curso, filtrado por el punto de vista de la profesora o el profesor. Para comenzar a aprender el contenido disciplinar propio de cada área, deben aprovechar cada oportunidad que tengan para cuestionar los puntos de vista que hayan aprendido y para imaginar otras estrategias válidas para organizar la información en forma de explicaciones y teorías. Deben, además, pensar siempre en cómo se podría aplicar lo que aprenden en el aula a situaciones de la vida real. Por supuesto, leer más ayudará a expandir sus conocimientos, pero tan valioso como eso es conversar con otros, tales como compañeros o compañeras de curso o estudiantes de niveles más avanzados. En estas conversaciones, deben proponerse imaginar formas diferentes de pensar sobre los temas, así como formas de aplicar esos conocimientos en contextos prácticos. Otra estrategia para aprender más consiste en escribir sobre el curso: no solo tomar apuntes durante las clases, sino dedicar un tiempo después de ellas para revisar los apuntes y pensar en preguntas sobre lo aprendido. Usen estas preguntas para orientar lecturas adicionales y para ayudar a enfocar su atención en las próximas clases. Si se permiten preguntas durante la clase, prepárense para plantear las suyas. Mejor aún, usen los horarios de atención que pudiera haber establecido su profesora o profesor para seguir la conversación (es impresionante la baja cantidad de estudiantes que aprovechan este tipo de oportunidades). Si, por el contrario, sus profesoras o profesores no dan espacio para preguntas, no dejen que eso les genere desazón. Aún recuerdo la frustración que, muchos años atrás, sentíamos otro estudiante y yo en relación con un eminente profesor que, por un lado, no ofrecía ningún horario de atención para consultas y, por el otro, huía del aula apenas terminaba la clase para evitar a sus estudiantes. Un día, mi compañero y yo nos quedamos fuera de la sala durante toda la clase y, cuando al terminar el profesor se apresuró a salir del aula, le bloqueamos el
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