Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
126 HABLAR, PERSUADIR, APRENDER A partir de la lectura del fragmento anterior, reflexiona en torno a las siguientes preguntas: La defensa de tesis tiene ciertos rasgos particulares que la diferencian de otros géneros académicos orales. Algunos de ellos se presentan a continuación: ¿Qué características de tu disciplina debes considerar para preparar tu defensa de tesis? ¿Qué tipos de datos se requieren para demostrar algo en tu carrera? ¿Cómo se define la originalidad de un aporte en tu área disciplinar? Para reflexionar La defensa de tesis posiciona a la oradora u orador en un lugar de experticia a la vez que de aprendiz. Quienes defienden una tesis han dedicado mucho tiempo a indagar sobre su tema de investigación y se han vuelto en cierta medida expertos en él. Sin embargo, están siendo evaluados por otros que buscan corroborar si aquella experticia es suficiente. Entonces, la posición de las y los tesistas es dual: por un lado, se ocupa un rol de experto y, por otro, uno de aprendiz dispuesto a mejorar y a recoger la retroalimentación del comité evaluador. 3. Preparar la defensa de tesis Ya sea que se denomine seminario de grado, tesis o tesina, en concreto este género es familiar para quienes han estudiado en la universidad o están próximos a finalizar su carrera. Por lo general, da cuenta de un trabajo individual, complejo y extendido en el tiempo, que se conforma como una instancia de egreso; esto es, la actividad mediante la cual una comisión de expertas y expertos juzga si cuentas con los conocimientos y/o habilidades necesarias para egresar de una carrera en particular. “En la elaboración del proyecto de tesis y en la redacción de la misma intervienen, además de los conocimientos genéricos asociados con prácticas de escritura previas, los criterios acerca de lo que es una investigación en cada área (Bazerman, 1988): en qué consiste la originalidad de un aporte, qué lugar tienen los datos y cuáles son los tipos de datos que se consideran relevantes, qué tipos de demostraciones se requieren, qué vínculos se deben entablar con la bibliografía, qué secuencias dominan —descriptivas, narrativas, explicativas o argumentativas—, qué pruebas se deben suministrar, qué importancia tienen cuadros, diagramas, ilustraciones, etc. Por otra parte, se debe construir otra figura de enunciador (Pereira, 2003), más personal que la de aquel que solo analiza, organiza o manipula conocimientos bibliográficos y los contrasta con datos que ha relevado o con corpus discursivos particulares, ya que ahora debe señalar los límites de las investigaciones anteriores y ubicarse como productor de nuevos conocimientos (Carlino, 2003 a). Esta situación, si no resulta paralizante (Bloom, 1981), puede llevar a reconocer más agudamente el valor epistémico de la escritura (Bereiter y Scardamalia, 1987) al mismo tiempo que a atender su dimensión comunicativa.” (López- Bonilla, 2013. p. 389) Para profundizar
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=