Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
104 HABLAR, PERSUADIR, APRENDER En consideración de lo señalado por Hidalgo (2015), procura, emplear estratégicamente el recurso de la entonación. Por ejemplo: Intenta variar el tono a lo largo de la presentación, sin caer en exageraciones, es decir, no es necesario que todas y cada una de las palabras y frases tenga un tono particular, sino que respondan a una forma natural y cómoda de expresión. Identifica la información más relevante o que deseas destacar de tu presentación. Esta información puedes reforzarla alzando levemente el tono. Respecto de la articulación, es importante que consideres que es necesario que todas las palabras dichas resulten comprensibles para tu audiencia. En el español, hay muchas palabras de difícil pronunciación, lo que obedece a distintas razones: escasa frecuencia de uso, presencia de fonemas complejos y combinados, sílabas de articulación semejante o de larga extensión silábica. Observa la siguiente lista de palabras e intenta pronunciarlas rápidamente: La lista anterior es un ejemplo de la necesidad de revisar y preparar los términos y expresiones que deberás articular en tu presentación. Aunque es probable que no requieras recurrir a ellas, es importante que evalúes previamente la pronunciación de los términos y los prepares adecuadamente. Por otro lado, es necesario recalcar que en el caso de las presentaciones orales académicas rigen convenciones y operan expectativas que se deben cumplir y que se vinculan con el uso formal de la lengua. Una articulación relajada, propia de una comunicación coloquial, puede ser muestra de poco cuidado o de cansancio, lo que no es deseable en una instancia formal y planificada. En cuanto al empleo de pausas y silencios, contempla que es una excelente estrategia para generar atención y mantener expectante a la audiencia. Te recomendamos que los utilices de manera estratégica y en momentos clave de tu discurso. Algunos de los usos que puedes darles son: Para permitir que la audiencia procese o registre la información que ya les has dado. Para generar suspenso antes de decir algo importante. Para preparar a los asistentes a recibir una nueva información. Para enfatizar algún aspecto específico del discurso. Para pensar y razonar sobre el contenido que estas presentando. Como puedes ver, son variadas las finalidades o efectos que una pausa puede perseguir. Te sugerimos que consideres su aplicación, tal como señala Jiménez (2015, p. 548) en especial: a) Al comienzo del discurso hasta que el auditorio guarde silencio. b) En medio de una frase para dar fuerza a lo que sigue. c) Luego de una pregunta retórica que no precisa respuesta. d) Tras una interrupción de cualquier tipo. e) Después de una afirmación contundente. f) Antes de finalizar la presentación. 1. Antihistamínico 2. Archimandrita 3. Arteriosclerosis 4. Catecúmeno 5. Circunspecto 6. Cognoscitivo 7. Cronómetro 8. Desoxirribonucleico 9. Dimetilnitrosamina 10. Electrocardiograma 11. Electroencefalografista 12. Esternocleidomastoideo 13. Habitabilidad 14. Hieráticamente 15. Hiperclorhídrico 16. Hipocondríaco 17. Idiosincrasia 18. Impenetrabilidad 19. Imperceptiblemente 20. Impermeabilización 21. Institucionalización 22. Mojigatería 23. Oxiacetilénico 24. Palingenésico 25. Radioseñalización 26. Transgresor 27. Ventrílocuo
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