Hablar, persuadir, aprender: manual para la comunicación oral en contextos académicos
103 Capítulo 3 Guía del Estudiante Tradicionalmente, en el español, el empleo del tono en una interacción oral se asocia a ciertos significados o efectos. Por ejemplo: Indicar cuál es la información importante o cuándo es menos relevante. Otorgar una interpretación semántica de una emisión (una interrogación concluye en un tono ascendente; una aseveración, una descendente). Expresar cortesía por medio de tonos agudos y descortesía con tonos graves. Marcar la interacción dialógica: marca del final de una intervención o turno de habla, regulación de las intervenciones de otros interlocutores o interlocutoras. Actividad Lee el siguiente fragmento de la novela Rayuela , de Julio Cortázar, intentando imprimir una entonación apropiada al contenido del mensaje. Considera que en esta novela el autor emplea un lenguaje ficticio, el gíglico, por lo que las palabras transcritas resultan completamente desconocidas. Al realizar este ejercicio podrás apreciar el aporte de la entonación a la construcción del sentido de la comunicación. “Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.” Cortázar (2000) Rayuela. Capítulo 68. Buenos Aires: Aguilar. “La entonación está presente en cualquier destreza: tanto si leemos como si hablamos no solo pronunciamos los sonidos, sino que los acompañamos simultáneamente de una entonación. Esmás, los errores de entonación no solo pueden provocar malentendidos, sino incluso conflictos personales: una entonación inadecuada puede convertir en enunciados apáticos, descorteses, agresivos, etc. emisiones aparentemente neutras o con otras intenciones diferentes de las indicadas.” (Hidalgo, 2015, p. 173) Para profundizar
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