La regulación de las aguas: nuevos desafíos del siglo XXI. Actas de las II Jornadas del régimen jurídico de las aguas

393 Págs. 377 - 400 13. EL MONITOREO DE LA ESCASEZ HÍDRICA EN LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE... C apítulo IV. E scasez y estimación hídrica que el que tendría una propuesta de cambio radical. Un segundo postulado secundario sería, en lo posible, reducir la conversión de datos primarios re- portados por los países, lo que necesariamente aportará mayor claridad a la relación entre meta, indicadores y datos. Así planteado el asunto, cualquier innovación en el seguimiento y evaluación del progreso en la Meta 6.4 puede ser implementada igualmente a nivel multilateral, dentro del proce- so de seguimiento y evaluación de los ODS, o por un país individualmente para su propio seguimiento y evaluación. Para vigilar la conversión de uso de agua en desarrollo humano, pro- ponemos dos medidas, una relacionada con el insumo, v. gr. el agua, y otra con el producto, v. gr. el desarrollo humano. La primera consiste en cambiar la referencia al agua “disponible”, que –como hemos visto– no es tal, sino agua sobre la que existe soberanía nacional, por el tamaño de la población, de forma que el uso de agua sea medido en metros cúbicos por habitante (m 3 /hab). La aparentemente necesaria referencia al agua “dispo- nible” y la expresión del “estrés hídrico” como porcentaje transmiten una apariencia falsa, como lo demuestran los dieciocho estados o territorios del mundo cuya cifra para este Indicador es mayor, y en algunos casos mucho mayor al 100% 46 . Como medida de eficiencia del uso de agua, el uso de agua por habitante es claramente mejor que la medida existente de “estrés hídrico”, y aporta además una referencia al “para todos” del Objetivo 6 que, si bien es imperfecta, mejora la situación anterior, especialmente en combinación con la segunda medida propuesta. Esta consiste en cambiar el PIB por el Índice de Desarrollo Humano, IDH-PNUD, como referencia para medir el desarrollo humano. Ya nos hemos referido al IDH-PNUD como medida imperfecta, pero su incorporación mejora claramente la refe- rencia al desarrollo humano realizada por el PIB, ya que el objetivo logra desenfocarse de la eficiencia en el uso del recurso. Ambos cambios propuestos proporcionan una idea más clara de la eco-eficiencia en el uso del agua de una población (de una soberanía, por tanto) y cumplen con nuestros tres postulados: vigilan la conversión de uso de agua en desarrollo humano, no modifican la recogida de datos necesaria 46 “Estrés hídrico”, estados o territorios que reportan dato mayor al 100%: Bahrein, 8.935%; Egipto 4.333%; EAU, 2.665%; Turkmenistán, 1.989%; Arabia Saudí, 986%; Libia, 833%; Qatar 793%; Sudán, 673%; Uzbekistán, 343%; Mauritania, 338%; Pa- kistán, 334%; Israel, 261%; Siria, 235%; Iraq, 188%; Yemen, 170%; Azerbaiyán, 148%; Jordania, 138%; Barbados, 101%.

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