Seguridad ciudadana en América Latina: miradas críticas a procesos institucionales

45 3. Una revisión de los programas de acercamiento a la comunidad en América Latina Como punto de partida cabe indicar que en América Latina no se detectan ejemplos de policía comunitaria en los términos señalados por Skogan 33 a comienzos de este capítulo. Si utilizamos los términos de la discusión planteados por Skogan, no existen en nuestros países ni los cambios culturales al interior de la Policía que se promocionan en países más avanzados en esta materia, ni la descentralización de la autoridad que usualmente se recomienda, ni existe tampoco una coproducción efectiva de la seguridad mediante la colaboración igualitaria entre la comunidad y la policía. La relación entre la policía y la comunidad que revelan los programas descritos tiende a ser episódica y ella no redunda en la producción conjunta de condiciones que lleven a disminuir la inseguridad. Resulta muy difícil sostener que estos programas puedan resultar en modificaciones culturales al interior de la policía, ya que la literatura consultada no parece fundamentar que se trate de programas capaces de incidir y modificar comportamientos al interior del conjunto del cuerpo policial. En general se trata de programas piloto, por lo que parte importante de la policía no participa en ellos 34 . A pesar de ello, debe tomarse en cuenta que ninguna de las evaluaciones realizadas entrega información que nos permita entender si el accionar de la policía comunitaria es algo más que un programa específico de vigilancia. En efecto, no sabemos qué relación existe entre los llamados policías comunitarios en Bogotá y Sao Paulo y los detectives, u otras unidades policiales, como las de control de drogas, u otras unidades a cargo de la vigilancia preventiva. Asimismo, nuestra propia observación también parece confirmar que la descentralización efectiva encuentra obstáculos serios en América Latina. En suma, las prácticas a las que nos hemos estado refiriendo son programas de acercamiento a la comunidad y no la expresión efectiva al interior de las policías de una filosofía de policía comunitaria que traspase el conjunto del accionar policial. Eso ciertamente pone en cuestión las esperanzas de muchos defensores del modelo comunitario que entendía que éste podía modificar sustancialmente la práctica policial. Pero ello de por si no descalifica los programas que venimos comentando, sobre todo si se tiene en consideración que existen autores que dudan que tal modificación en la práctica haya ocurrido en las policías norteamericanas, que cuentan con capacidades profesionales, dependen del poder local y tienen una tradición civil que las ayudaría en este sentido 35 . 33 Skogang, W. S. (2006). Advocate. The Promise of Community Policing. En Weisburd, D. y A. Braga A. (Ed). Police Innovation. Contrasting Perspectives (1 Ed. Pp. 27 – 43). Cambridge: Cambridge University Press. 34 Frühling, H. (2004). La policía comunitaria en América Latina: un análisis basado en cuatro estudios de caso. En Frühling, H. (Ed.). Calles más Seguras: Estudios de policía comunitaria en América Latina. (1 Ed. Pp.1-38). Washington: Banco Interamericano de Desarrollo. 35 Mastrofski, S. (2006). Critic. Community Policing: a Skeptical View. En. Weisburd, D. y A. Braga A. (Ed.). Police Innovation. Contrasting Perspectives. (1 Ed. Pp.44 – 73). Cambridge: Cambridge University Press En materia de la modificación de las condiciones de seguridad que pueden haber producido estos programas, la evidencia no es enteramente clara. Parece evidente que GPAE y el caso de Capotillo indican efectos positivos en materia de reducción de homicidios. Pero ello puede ser más el producto del tipo de patrullaje utilizado y de la concentración de recursos policiales en el sector. Nada indica que en ello haya jugado un rol positivo la comunicación con los residentes del sector. Esto no es una crítica a los programas comunitarios, pero obliga a definir más claramente los componentes del accionar policial qué efectivamente produjeron cambios en el contexto. Por otra parte, permite precisar que cambios produce la ejecución del programa de acercamiento a la comunidad y cuáles podrían ser los productos de otros modelos de policiamiento. Es evidente que la orientación hacia los vecinos si puede impactar favorablemente en la colaboración de estos con la policía y en la percepción que éstos tienen respecto de la policía. Pero ese impacto es diferente del anterior. En otro plano, los programas de acercamiento a la comunidad puestos en práctica en América Latina han enfrentado dificultades en su ejecución, lo que a su vez ha redundado en menor impacto en términos de producir cambios en la institución policial. A continuación se indican algunas de esas limitaciones que enfrentan los programas aludidos. Algunos de estos programas han contado con un número de personal insuficiente para cubrir la relación con los vecinos, realizar patrullaje a pie y realizar reuniones con los habitantes del barrio. Ese personal a veces no ha sido asignado para cubrir las necesidades del proyecto 36 . Sólo alrededor de un 8%de los policías del Departamento de Policía de Bogotá estaban asignados a la modalidad comunitaria. Pero incluso si ese número de personal existiera para un caso piloto determinado, lo más probable es que no esté disponible para replicar esa experiencia en el resto del país. Un segundo aspecto que conspira en contra de los programas de acercamiento a la comunidad alude a las dificultades que tienen estas policías para asegurar la permanencia de los mismos policías en el vecindario donde deben actuar. Ello se debe tanto a las demandas provenientes de otras áreas donde se producen necesidades policiales, a peticiones provenientes de los propios policías que desean ser trasladados, a las características propias del proceso de ascensos y traslados, que involucran un constante movimiento del personal. También es consecuencia de que los traslados se usan para evitar que se desarrollen relaciones de amistad o complicidad entre los policías y grupos de residentes del sector. Un efecto de esta situación es que se debilita el esfuerzo por fortalecer las relaciones entre policía y público. Un tercer aspecto que afecta la realización de estos programas de acercamiento a la comunidad dice relación con la capacitación policial. Para su éxito es fundamental la existencia de un liderazgo efectivo. Pero también es fundamental que los policías de menor rango se identifiquen con ellos. La experiencia indica que ese es un problema en América Latina. En el caso de un programa realizado en la ciudad de Belo Horizonte, el personal subordinado de la policía militar que 36 Chinchilla, L. (2004). El caso del municipio de Villa Nueva, Guatemala. En Frühling, H. (Ed.) Calles más Seguras: Estudios de policía comunitaria en América Latina. (1 Ed. Pp.39-64). Washington: Banco Interamericano de Desarrollo.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=