Seguridad ciudadana en América Latina: miradas críticas a procesos institucionales

19 Por el contrario, enmuchos sectores de la opiniónpública se interpretó como un proceso trunco, por lo que quedó instalada una opinión que en la Policía tiene que haber cambios importantes para mejorar la seguridad ciudadana. Ahora bien, no hay mucha claridad en la opinión pública respecto de la naturaleza del cambio que se requiere. Por un lado están los que enfatizan la necesidad de hacer las reformas para fortalecer la adecuación de las instituciones de seguridad a la democracia. Por otro lado, hay quienes lo que buscan es reformas para fortalecer la adecuación de las instituciones de seguridad a las nuevas y crecientes amenazas. Ambas demandas no tienen por qué ser contradictorias, pero en el discurso y en la práctica terminan siéndolo en muchos casos. 1.8. Policía sin mayor poder político y con baja capacidad de resistir al cambio. La Policía peruana no tiene influencia importante en la vida política nacional. Ello se hace aún más notorio por sus problemas internos de fragmentación y persistencia de culturas previas, sobre lo que hablaremos más adelante. En el Perú, los policías distan mucho de tener el poder fáctico que sí gozan losmilitares (aunque incluso en ellos también, estén disminuido con relación a décadas precedentes) y por ello su capacidad de resistencia política a iniciativas de cambios es relativamente baja. Es una organización importante y con capacidad de influir en algunos ámbitos, pero en ningún caso tiene el poder fáctico para defender sus intereses corporativos que pueden tener otras policías de la región, comoCarabineros enChile o en una forma tumultuosa y hasta violenta la Policía boliviana. 2. ¿Por qué no se aprovechan los factores propicios para el cambio? 2.1. Pasó el “momento mágico” de la refundación democrática. En América Latina reformar la seguridad tiene que ver con modificar las relaciones de poder. Reformar la seguridad es mucho más que una reforma administrativa en el Estado. En esa medida los procesos de cambio encuentran mejores posibilidadesdetener lugaryconsolidarsecuandosedanencontextos de cambios importantes en el proceso político social de un país. Si repasamos la experiencia latinoamericana, los procesos de reforma policial se han dado en cuatro tipos de circunstancias; fin de conflicto armado interno, negociaciones y acuerdos de paz, fin de periodos autoritarios y restablecimiento de la democracia, grandes cambios políticos en momentos de “refundación” de determinados países; o, en casos en los que las policías han llegado a un nivel de crisis o desprestigio totales. En el caso del Perú, el proceso se dio en el contexto de la caída de la dictadura de Fujimori 16 y un momento de alta valoración de la democracia. La Policía había estado totalmente penetrada por la mafia de Montesinos 17 y había una legitimidad social muy grande para producir en ella cambios a los que paralelamente se daban en otros sectores. Este ambiente de transición es por definición corto y en el caso peruano se agotó a los dos o tres años y la intensidad de los problemas cotidianos llevó al gobierno de Toledo 18 a una actitud más pragmática de convivir con la realidad para poder llegar al final de su mandato. El clima para las reformas se hizo mucho más difícil. 2.2. Contexto político general actual reacio a todas las reformas institucionales. El gobiernodeAlanGarcía tiene su agenda central casi exclusivamente concentrada en el crecimiento económico vía el desarrollo de políticas de mercado y la atracción de inversiones. Su interés por las reformas del Estado es muy limitado y sólo se pueden citar algunos avances a esterespectoenlosúltimosaños,enlosámbitosdeladescentralización y educación pública. En el campo amplio de la seguridad hubo un relanzamiento de las iniciativas de modernización y reformas en el ámbito específico de las Fuerzas Armadas durante el primer año de García en la gestión del embajador Alan Wagner en el Ministerio de Defensa, pero luego se diluyeron por completo con el siguiente ministro. En Interior se han sucedido cuatro ministros en menos de tres años y a todos les ha ido muy mal por razones vinculadas a sus deficiencias de gestión y desconocimiento del sector, sazonadas con crisis de orden público y denuncias de corrupción. Todo intento de reforma en serio en la Policía y en al ámbito de la seguridad ha sido reemplazado por anuncios de nuevos planes 16 Ocupó la Presidencia de la República del Perú entre el 28 de julio de 1990 y el 21 de noviembre del 2000. En abril de 1992, Fujimori disolvió el Congreso, anuló algunos puntos de la Constitución y detuvo a sus rivales políticos. El 22 de noviembre de ese año, se eligió un nuevo Congreso. El partido mayoritario, conocido como Nueva Mayoría-Cambio 90, conservó en el poder a Fujimori, que fue reelegido en las elecciones presidenciales de abril de 1995, frente a la candidatura del antiguo secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuéllar, luego de haber conseguido una reforma constitucional que le permitía repetir mandato. 17 Jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional del Perú (SIN) y asesor presidencial entre 1990 y el año 2000, a saber, durante el gobierno de Alberto Fujimori. Encargado de la formación del grupo para miliar Colina, responsable de asesinatos y secuestros. Acusado de tráfico de armas, narcotráfico, enriquecimiento ilícito, asesinatos y lavado de dinero. 18 Presidente de Perú desde el 28 de julio de 2001 hasta el 28 de julio de 2006.

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