Seguridad ciudadana en América Latina: miradas críticas a procesos institucionales
9 gobiernos civiles por reformar las instituciones policiales y transformar algunas instituciones claves como la inteligencia. Analizando el caso de Brasil, Zaverucha 10 sostiene que resulta muy relevante no sólo considerar la subordinación formal de los militares al poder político, sinoqueel comportamientoy funciones queenel diario vivir van asumiendo dichas instituciones. Indica que el rol cumplido por los militares en inteligencia interna, participación en el control de la seguridad ciudadana y las negociaciones sobre presupuesto va generando espacios considerables de autonomía que van socavando la legitimidad democrática. Para el caso chileno y argentino, Fuentes 11 analiza hasta qué punto existe una adaptación institucional de las policías a procesos de reforma en el ámbito del proceso penal luego de reformas que buscan cautelar los derechos de las personas, incluyendo el de sospechosos de cometer delitos. Se concluye que las instituciones policiales ejercen importantes mecanismos de presión para evitar reformas y, una vez implementadas, para retrotraer las normas a lo que existía previamente. En términos generales, se ha avanzado en forma importante en comprender aspectos asociados a las reformas a las instituciones públicas en materia de seguridad. Varios autores han tipificado “tipos de reforma”, y sugerido mecanismos causales que explican tales transformaciones. Como Frühling lo sostiene, esta literatura ha sido útil en entregar luces sobre las condiciones que hacen posible una reforma y entender los factores que explican la resistencia al cambio ya sean ellos políticos, institucionales e incluso sociales Faltan mayores y más profundos estudios sobre las culturas institucionales, las prácticas y rutinas asociadas a la función policial, así como la evaluación de reformas implementadas en el último tiempo 12 . 10 Zaverucha, J. (2000). Fragile Democracy and theMilitarization of Public Safety in Brazil. Latin American Perspectives . 27 Pp.8-31. 11 Fuentes, C. (2005). Contesting the Iron Fist. Advocacy Networks and Police Violence in Democratic Argentina and Chile. New York and London: Routledge 12 Frühling, H. (2009). Recent police reforms in Latin America. En Uildriks, N. (Ed.), Policing insecurity: Police reform, security and human rights in Latina America, (1a Ed. Pp.21-46). Lanham: Lexington Books. 1.2. Las causas de la violencia e instrumentos para medirla Una parte significativa de la literatura se refiere a las causas de la violencia. Con un fuerte acento en estudios de criminología, una amplia literatura ha abordado los factores que explican que exista mayor/menor violencia (y delincuencia) en una sociedad, observando condicionamientos estructurales (geográficos, socio-demográficos) pero también psicológicos. En América Latina esta interrogante es particularmente relevantealserconsideradalaregiónmásafectadaporeldelitocomúndel planeta, aunque paradójicamente con un menor grado de conflictividad producto de guerras civiles y conflictos interestatales. Una extensa literatura aborda cuestiones asociadas a la pobreza y su relación con el delito, las segmentaciones urbano/rural, la preponderancia de conflictos armados en una sociedad, y más recientemente la vinculación entre droga y delito. Las interpretaciones más estructurales que intentan explicar la violencia aluden a la existencia de una cultura de la trasgresión en nuestras sociedades; la histórica desigualdad de clases que ha generado un sistema legalista-formalista pero que cotidianamente se vulnera provocando frustración; y la existencia de instituciones burocráticas que han consolidado estructuras de poder que abusan de los derechos 13 . La existencia de la violencia en América Latina ha tenido dos explicaciones centrales. La primera perspectiva explica el fenómeno por los desajustes propios de la modernización (industrialización y urbanización). La disolución acelerada de mecanismos de control social generaría condiciones para un incremento de la violencia. La disociación entre realidad (pobreza) y expectativas llevaría a incentivar la delincuencia y la violencia social. Una segunda perspectiva sedetiene en las condiciones de socialización, estoes, las formas en que determinados grupos interactúan, la institucionalidad y culturas predominantes 14 . Arriagada y Godoy 15 explican y apoyan la tendencia a asumir la violencia como un fenómeno multicausal y, por lo tanto, a adoptar un enfoque epidemiológico que observa los factores más probables que serelacionancondichocomportamiento.Enestesentido,planteantres grandes factores: los relacionados con la posición y situación familiar y social de los sujetos (nivel educacional, experiencia de abuso familiar, edad, etc.), los factores sociales, económicos y culturales (pobreza, desempleo, medios de comunicación), y los factores sociales de carácter disruptivo (guerras civiles, regímenes militares, etc.). 13 Sorj, B. y Martuccelli, D. (2008). El desafío Latinoamericano. Cohesión Social y Democracia. Buenos Aires: Siglo XXI e Instituto Fernando Cardoso. 14 ver discusión en Arriagada, I. y Godoy, L. (1999). Seguridad ciudadana y violencia en América Latina. Serie Políticas Sociales. CEPAL. 32; Buvinic, M., A. Morrison, y M. Shifter. (1999). Violence in Latin America and the Caribbean: A Framework for Action. Washington DC: Inter-American Development Bank Recuperado el 28 de abril, 2009 de http://www.bvsde.paho.org/bvsacd/cd66/1073eng.pdf; Rico,J.M.yChinchilla,L.(2002). Seguridad ciudadana en América Latina: hacia una política integral. México, D.F: Siglo XXI. 15 Arriagada, I. y Godoy, L. (1999). Seguridad ciudadana y violencia en América Latina. Serie Políticas Sociales. CEPAL. 32.
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