Una propuesta de modelo integral de reinserción social para infractores de ley
39 3 Capítulo servicio eficiente en términos de reinserción, cuestión claramente indicada por el ‘Con- sejo para la Reforma Penitenciaria’ 22 , al señalar que “(pese a haber) tenido un aumento presupuestario importante (…) continúa siendo el sector más débil de las instituciones vinculadas a la seguridad y el que menos se ha modernizado, siendo además receptor de las acciones de otras instituciones” (2010: 4). A continuación se presenta un listado de aquellas dificultades respecto a las cuales existe mayor consenso en la literatura especializada nacional (Cárdenas, 2011; CESC- FPC, 2012a, 2012b, 2014; Consejo para la Reforma Penitenciaria, 2010; DESUC, 2010; FPC, 2013b; Morales et al., 2014; Navarro et al., 2012): i. Existencia de un número importante de recintos penitenciarios con altos niveles de hacinamiento, lo cual, repercute en la dificultad para contar con espacios apro- piados para desarrollar actividades de intervención. En los años anteriores se han realizado mejoras respecto de los endémicos problemas de sobreocupación en los penales nacionales, tanto con la construcción de nuevos penales (establecimien- tos concesionados), como con la disminución del flujo de ingresos al sistema ce- rrado y el aumento de egresos, producidos por la aprobación de un indulto general durante el año 2012 y un mayor nivel de otorgamiento de libertades condicionales (Leyes N° 20.588 y N° 20.587 respectivamente). No obstante, los actuales niveles de ocupación continúan siendo preocupantes en varias regiones o unidades pena- les específicas. ii. Existencia de una cultura institucional influenciada por un enfoque conceptual en donde se otorga particular importancia a la jerarquía, obediencia y autoridad, en los términos en que habitualmente lo hacen los organismos uniformados, situación que puede explicarse por el origen de Gendarmería de Chile, a partir de un contin- gente perteneciente al Ejército de Chile (Morales et al., 2014). Sin perjuicio de ello, como señala Bennett, las labores de reinserción social, cuyo sentido es facilitar y apoyar la reintegración a la comunidad de origen del infractor, “no encaja[n] bien con un modelo militar”. Así, el mismo autor indica que, si bien es bueno contar con que quienes participaron en actividades de reinserción social presentaron menor reincidencia que los que no lo hicieron (24% v/s 46%, cuando participaron simultáneamente en varios programas), y que la reincidencia fue mucho mayor entre quienes cumplieron pena sin Permisos de Salida respecto a quienes sí recibieron dichos permisos (39,9% v/s 14,9%). Finalmente, la reincidencia en egresados de cárceles concesionadas sería superior a la de quienes salen de cárceles tradicionales (41,1% v/s 38,2%). No obstante, sobre esto último, otro estudio no pudo establecer diferencias entre el paso por una cárcel concesionada respecto del paso por el sistema operado por el Estado (BID-FPC, 2013). 22 Consejo intersectorial convocado en junio de 2009 por el Ministerio de Justicia, con el objeto de elaborar una propuesta de política penitenciaria. En él participaron reconocidos académicos y exper- tos de CEJA, FLACSO-Chile, Fundación Paz Ciudadana, Gendarmería de Chile, el Poder Judicial y el Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (CESC).
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