Una propuesta de modelo integral de reinserción social para infractores de ley
158 UNA PROPUESTA DE MODELO INTEGRAL DE REINSERCIÓN SOCIAL PARA INFRACTORES DE LEY Es importante recordar que la aplicación de las normas relativas al comportamiento colaborativo y pro social también afecta a las relaciones entre funcionarios, con inde- pendencia de las funciones que cumple. Al cautelar un clima de relaciones pro sociales a nivel institucional, aumenta la probabilidad de que los funcionarios sean reconocidos por los usuarios del sistema como modelos válidos de conducta pro social. El modelamiento pro social es tanto una habilidad del profesional o técnico que de- sarrolla un proceso de atención, como una técnica de intervención propiamente tal (Trotter, 2009). Para efectos del modelo de reinserción social, se han diferenciado ele- mentos de conducta pro social orientados al modelamiento de dichas conductas tanto en el componente de trato como de intervención, considerándose como parte del trato, en tanto herramienta para construir una cultura pro social en la organización; como un aspecto de intervención, en tanto puede aplicarse como intervención psicológica intensiva, pudiendo ejecutarse en ambos niveles o componentes. En el caso del trato, el adoptar un comportamiento colaborativo y pro social, implica construir una cultura de respeto a las personas y sus derechos en el contexto de la ejecución de la pena. Conductas como saludar, llegar a tiempo a reuniones, entre otras, no se diseñan como programas de intervención, pero responden a una acción inten- cionada que cautela los derechos de los sujetos de intervención y tiene, además, un potencial terapéutico relevante. Más allá de lo anterior, el modelamiento pro social también se ha presentado en el componente de intervención como una técnica. Es decir, más allá de los esfuerzos de los operadores del sistema correccional por crear un clima social respetuoso que alien- te el comportamiento pro social, hay casos que van a requerir de una intervención intensiva, específicamente diseñada para analizar la conducta social de los usuarios, y modificar factores de riesgo asociados a la conducta. • Intervención cognitivo-conductual La intervención cognitivo conductual se basa en tres principios básicos (Dobson & Dob- son, 2009): 1. La hipótesis del acceso, según la cual el contenido y el proceso de pensa- miento es factible de ser conocido, si se les presta la atención debida y se cuenta con el entrenamiento apropiado. 2. La hipótesis de mediación, según la cual los pensamientos median las res- puestas emocionales a las distintas situaciones en las cuales el ser humano
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