Una propuesta de modelo integral de reinserción social para infractores de ley

123 6 Capítulo vida en prisión, incluso en sujetos que presentan rasgos psicopáticos (Gullhaugen & Nøttestad, 2012). • Faltas al régimen interno En general, los predictores que son potencialmente relevantes para comprender la mala conducta al interior de los establecimientos penitenciarios, se relacionan con: (1) características de los internos que se correlacionan con riesgo de delito en general; (2) características que impiden la adaptación social o psicológica a la encarcelación; (3) características situacionales o rutinas diarias que influyen en la generación de conduc- tas desviadas durante la encarcelación; y/o (4) características ambientales que influyen en las oportunidades de realizar conductas desviadas (Steiner & Wooldredge, 2008). Los datos obtenidos de una muestra de 2.520 internos en cárceles norteamericanas, analizados mediante modelos de regresión múltiple de distintos tipos, permiten soste- ner que las variables familiares tienen un efecto predictivo significativo sobre el desa- rrollo de las carreras criminales de los internos, pero que variables próximas (cercanas en el tiempo) de dicha carrera criminal se asocian mejor con faltas al régimen interno en la unidad penal (Delisi et al., 2011). Por otra parte, se ha observado que internos con- denados a sentencias más largas muestran menor probabilidad de participar en faltas graves o violentas al régimen carcelario (Morris et al., 2010). En síntesis, resulta crítico comprender que la segregación de los internos debe atender no solo a la prevención de la fuga, sino que también debe apuntar a evitar el suicidio, las auto-lesiones, la violencia (perpetrada o recibida) y las faltas al régimen interno. En este sentido, las prácticas tradicionales de segregación deben complementarse con las conclusiones de estudios empíricos que destacan: a. La necesidad de usar sistemáticamente instrumentos para medir riesgos de violencia y auto-lesiones. b. Registro y análisis de variables que pueden contribuir a la predicción de ries- gos de violencia, tales como edad, historia de violencia previa, pertenencia a pandillas, entre otras. c. Monitorear en forma regular el clima social y la calidad de las interacciones sociales entre los internos, y entre los internos y el personal penitenciario. d. Utilizar los datos obtenidos para maximizar la prevención de riesgos en la toma de decisiones de segregación.

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