Una propuesta de modelo integral de reinserción social para infractores de ley
122 UNA PROPUESTA DE MODELO INTEGRAL DE REINSERCIÓN SOCIAL PARA INFRACTORES DE LEY Estudios empíricos exploratorios han revelado que, aunque con bajas prevalencias, las condiciones de privación de libertad pueden producir conductas de acoso sexual y violación entre internos, las que son descritas por los propios internos como altamente negativas por sus efectos emocionales (Einat, 2009). Para contribuir a la prevención de la victimización intra-carcelaria, se ha destacado la pertinencia y relevancia de medir el clima social de las cárceles, debido a que esta variable afecta la satisfacción y la conducta tanto de los internos como del personal penitenciario (Day et al., 2012). También en relación con el riesgo de victimización, se ha enfatizado la necesidad de aplicar correctamente protocolos de peritaje forense, pues se han identificado casos de agresores sexuales que, pese a haberse peritado mientras están en prisión preventiva, no recibieron la aplicación de los protocolos co- rrectos, dejando sin medición variables predictoras de riesgo de violencia que pueden comprometer la seguridad de otras personas (Habermeyer et al., 2009). Aparte de ser intrínsecamente un problema grave, la victimización en la cárcel se ha considerado un predictor de síntomas de estrés postraumático y depresión (Hochstet- ler et al., 2004), los que evidentemente pueden afectar la capacidad del interno para responder a las intervenciones que se apliquen para reducir su riesgo de reincidencia y promover su reinserción social. • Riesgo de violencia Un estudio prospectivo realizado en España con datos de 1.330 internos de 11 cárceles, durante un período de 10 meses, muestra que las faltas relacionadas con conductas violentas alcanzan una tasa de prevalencia del 9%. Las conductas violentas se asocia- ron con menor edad del sujeto, estar en prisión preventiva, conducta violenta previa, problemas de consumo de alcohol o drogas, pobre respuesta al tratamiento, y actitu- des pro criminales (Arbach-Lucioni et al., 2012). Otro equipo de investigación sintetizó información respecto a los diversos correlatos de la comisión de violencia en prisión, identificando como variables relevantes la edad, el nivel de escolaridad, la participación en pandillas, la historia de condenas de prisión previas, la historia delictual, los problemas de salud mental, y el tipo de delito que pro- duce la condena. Tras la construcción y prueba de un modelo actuarial, comprobaron empíricamente una asociación entre violencia y edad, inteligencia e historial previo de delitos violentos (Cunningham et al., 2010). Asimismo, las condiciones de vida de las cárceles pueden ser tan severas, que va- riables de funcionamiento interpersonal y emocional pueden verse alteradas por la
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