Sentimientos vencidos : comedia en tres actos
SENTIMIENTOS VE~CIDOS 95 ÜTILIA. Y para mí, sin ofender a Dios, que lle– gue a su término cuanto antes. l\1ATILDE. En ton ces, tª todas nos ha azotado la vida~? ÜTILIA. Indispensable es que hagamos confi– dencia& para ver cuál ha tenido mejor suerte. MATILDE. iCuál de las tres ha visto realizado su ideal°? LAURA. Si, si, expongamos nuestras confiden– cias y sufrimientos con la misma valentía que los hetnos soportado. MATILDE. Debemos ser sinceras y hablar sin ambajes ... puesto que la sinceridad es lo menos que nos debemos los unos a los otros.... LAURA, De otra manera no podemos apreciar nuestras vidas. Nadie nos escucha; pode– mos hablar sin temor ... desde la salida del colegio hasta hoy. MATILDE. Empieza tú, Laura; déjame escuchar con la misma admiración de antaño tus elevados conceptos. LAURA. (A Otilia). Empieza tú, Otilia, porque yo rne siento algo fatigada. ÜTILIA. (Se dispone a hablar). El cariño ele mi vida fué siempre Alberto... Lo arnaba por sobre todas las cosas y luché hasta lograr mi intento de que fuera mi esposo ... para amarlo mucho ... pero mucho. 11ATILDE. (Para sí) . ¡Amarlo más que yo, im– posible!. .. Sin embargo, se lo !Jevó ella. ÜTILIA. Sin él no encontraba placer, felicidad ni bienestar alguno. Mi vida entera giraba en torno suvo. Alberto c0nvencido de ésto me hizo su"esposa al poco tien1po... Fui
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=