Sentimientos vencidos : comedia en tres actos
SENTT~UENTOS VENCIDOS 65 .ALBERTO. (Llorando). No puedo, no puedo; eso es demasiado doloroso. SOFÍA. Matilde es muy joven y sólo siente por ti un cariüo de nii'í.a. Como no ha frecuen– tado bastan te la sociedad, se siente hala– gada por las palabras el udces. y tie:nas que tú le has prodigado. El matn 1non10 nece– sita de una sólida base de amor, acompa– üado de cierta independencia econón1ica. · Lo poco que teníamos ha mermado bastan– te con tu enferrnedad. ALBERTO. Eso seria si yo pensara efectuar el matrimonio ahora... lo haré en uno o dos af1os n1ás ... cuando tenga posición. SoFL\. ¡Cón10 te formas ilusiones! Pasarán al– gunos aüos antes que tengas esa posición cconón1íca. Olvidas que el noviciado pro– fesional es incierto y mu chas veces duro . ALBBnTo. No lo te1no; lucharé esforzadamente y ,·enceré. Al principio viviremos n1odes– tamcntc, después tendré más holgura, lu– jo. 11ati ldc así me acepta... SoFÍA. ¡Qué poca experiencia tienes del matri– monioJ Al principio el entusiasmo, la ale– gria, todo lo disculpa y perdona: pero des– pués ... ALBERTO. Después ¿qué1 ... 801,'ÍA Dcspuús viene la calma, la monotonía. Los gastos a11n1entan con la fan1ilia y sí la mujer no tiene ~iquiera las comodidades acostumbradas se pone fria, i ndifcrente y vienen las desavenencias y los descala– bros. .ALBERTO. Trabajando asiduamente tendré di- nero para evitar esos males. · SoFíA Y si a pesar de eso te fuera mal , ¡se
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