Sentimientos vencidos : comedia en tres actos

64 SENTIMIENTOS VENCIDOS !SOFÍA. No son esos puntos los que me afligen,. sino otros. Escúchame. Al principio cr<ti que se trataba solamente de un pololeo pa– sajero; después comprendí que le tenías cariilo y encontrandolo natural, nada te dije; pero, hoy que te veo sufrir y me con– venzo de que la amas apasionadamente y nada te detiene en tu afán ele hacerla tn e~µosa, sin contar· aún con los niedios pa– ra 1·ealizar tu proyecto, n1e.anonado y cou– fundo. Sus pa<lres por ningún rnedio te aceptan ... Son pobres y quieren ur( yerno rico. Son aristócratas y no quieren qne por este casamiento descienda su hija de tan alta alcurnia. ALBERTO. Pero la chiquilla dice otra cosa. 1\Ie arna y ha jnrado casarse conmigo aunqHe 1 sus padres no quieran. SoFÍA. 8in en1bargo, tiene un padre n1uy enér– O'ico qn.e no la dejara hace1· lo que quiera. Se la han llevado a Buenos Aires para que te olvide. ¡A qué insistir, hijo, en lo que no puede ser! Olvídala ... Olvídala... . ALBERTO. No me tortures, rnadre, madre n1ia. SOFÍA. 1\Ie prometiste calina y óyP.me así ha~- ta el final. Tu madre ta1n bién tuvo en la juventud 'un amor al que! las miserias e ingratitudes humanas, la obligaron a re– nunciar. Al principio, lloré, sufrí, me de– sesperé, estuve enfern1a, etc., pero des– pués n1e sobrepuse, llegó el olvido y co11 él desaparecieron sus huellas. 1-Ioy te toca a ti. Resígnate. No estás sólo: tienes a tu madre para consuelo y ha de ayudarte a que te sobrepongas.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=