Sentimientos vencidos : comedia en tres actos

' – SE~TDUENTOS VENCIDOS 47 ÜTILIA. La enfer1neclad de Alberto nos ha teni– do muy preocupadas. LAURA. ¡Cuánto le he compadecido en su dolo– rosa y grave e11fermcdad ! SoFíA. G1 acias; no dudo esto ele arnigas tan queridas, Alberto está ya de convalescicnte, pero muy débil. • ÜTILIA. tDónde está1 SOFÍA. Fué a reposar un n1on1ento, acornpaña– do de 1·Iario; pero lnego vendrá. ZENOBIA. t~1ario aqui1 ¡Qué sorpresa! ( Volvién– dose a Laura). ·Ahora tienes que desagra– viar a i\fario de tus imprudencias cometi– das en casa. tEntiendes~ LAURA . El ser sincera y no fingir que Jo amo llama Ud. in1prudencia. Las tnonjas nos enseñaron que deLían1os decir siempre la verdad. ÜTILIA. La tia no dice que mientas sino que trates de agradarlo y te porte::, fina y atenta con i\1ario. LAURA (Para sí): Como a ella, 1'1ario, no la n10- lesta con sus tonteras, habla así. ZENOBIA (A Sofía). Ñii buena O tilia, que se em– peña en agradar a todo el mundo, ha que– rido darte una sorpresa, Sofia. SpFíA. ¡Una sorpresa!. . y agradable, tno es verdadt LAURA. Sj; está en ese paquete. SoFiA. Para qne te n1olestas así, Otilita. ÜTILIA. Xinguna n1olcstia. es un trabajito he- cho por mi. SoFíA. lTn trabajito hecho por tus pri n1orosas manos, del,c ser algo extraordinario. ¡ Yeá– moslo! LAURA. De Otilia no he Yisto nada mejor.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=