Sentimientos vencidos : comedia en tres actos
SENTIMIE~TOS VE~CIDOS para la defensa en tu proyectado y sabido viaje a Buenos Aires. ALBERTO. El que haré lo n1ás pronto que pue– da. (Siéntase a leer la carta de Arturo). «Inolsvidable amigo: ... (Lee con aoide::) . ¡:i\iiario!. .. Bien pensado... me alegro de corazón . N!ARIO. z~Qué hay·? ALBEtt'fO. Arturo se nos casa y 111uy luego. MARIO. tCon quiénf ALBERTO. Todavía lo preguntas ... con quien había de ser ... con Lola Rodríguez ... su ideal. .. el an1or de su vida. Bastante han pololeado. Se quieren 1norir. Jvf:t\RIO. ¡ El an1or de su vida! Hasta hoy será.. . Se lo preguntaremos al año de casado a ver si dice Jo mismo. ALBERTO. ~o seas tan pesin1ista, ·hombre. Aca– ban de con1prometerse y tú haces esas re– flexiones. Bueno, luego lo seguiren1os ... t~no es verdadf porque sé que te han entra· do deseos de casarte. 11:ARIO. (Vacilando}. ¡Así se 1nurn1ura! pero en balde ... El tiempo dirá lo contrario. ALBERTO. (Leyendo). Ñiuy presente he tenido 1 tu encargo ... A Matildita la he visto sólo cuatro veces. En dos ocasiones no más he podido hablar con ella y n1omentos tan breYes que apenas nos dijimos lo esencial. And:i siempre acompañada de sus padres. La yez pri1nera hablan1os en presencia de su n1adre a la salida de nüsa ... Se desfigu– ra cuando oye tu nombre y se aflige no poco al Yer que no puede hablar de tí con libertad. Supo el regreso de n1i padre a Chile y quedamos en que me entregaría
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