Sentimientos vencidos : comedia en tres actos

SE~TIM.IENTOS VENCIDOS 2r MATJLDE. Porque formé un alboroto de marca n1ayor y 1ne dernoré en el dormitorio. LAURA. i?Y en vestirte demoraste tanto'? MATILDE. No. en hace:- dibujos cun las gotas d6 agua que nos ponen para laYarnos ... Si rioben creer que so1nos gatas. LAUR~. 8eguro. (Se rien). 1'IATILDE. ¡La escatitnan corno si fuera agua bendita! LAURA. Y nos la ponen sólo para ahuyentar a los demonios. MATILD~. Parece n1cn tira que estemos solas conversando ... ¡cón10 me arrancara! L.\URA. Y pensar' que hasta aqui no rnás pode– n1os Hegar. (Apenada) ... cuando yo qui– siera tener alas para Yolar lejos, n1uy le– jos .. a las regiones etéreas ... oÍATILDE. Yo quisiera tener un aeroplano para ir1ne a las nubes con 1ni Alberto . (Se en– tristece). LAURA. Ese es tu único pensamiento. (J1iran– dofzjamente a 1.vfatiláe) ... pero ¡,qué te pasa, te has robado algo"? iv!ATILDE. Miren que ocurrencia, estos paste- les rne los mandaron. LAURA. ~Te los conliste todos solai MATILDE. Solo dos ... quedan más de veinte. LAunA. Dos docenas de pasteles ... y mi tia que jamás se acuerda. ¡Te envidio, Matilde! MATlLDE·. Nos repartiremos por iguales partes, Laura, como si fuéra,nos her1nanas. LAURA. Tú siempre tan buena; pero no estés triste... riamos, charlemos será mejor. MATILoE. Bueno, Laura, tú eres la única que me comprendes; si no fuera por tí memo– riría de fastidio.

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