Sentimientos vencidos : comedia en tres actos
... too SENTIMIENTOS VEf.tCIDOS cisada a eso para ev itar disgustos. En quin– ºº años hemos tenido catorce hijos. Jan1ás, Mario. en medio de su cgoísn10, se ha de– tenido a pensar en n1i agotamiento físico y dolores. No he sido para él la co1npañera, sino la hembra. Sin grandes recursos pe– cuniarios, mi n1isión n1aternal ha siclo se– vera. Así ha pasado el tiempo, dedicándolo al cuidado de n1is pequeüuolos. única y exclusivarnen le para el hogar; sin recibir visitas ni hacerlas, ni ticm po para paseos, dejando a un lado el cultivo del espír i tu. Muy a lo lejos, en n1edio del bullicio infan– til, he conseguido leer diarios y revistas. ¡Mas, ahora caigo agobiada bajo el leiio de mi cruz! MATILoE. ¡Pobre n1iLaura! Có1no hubiera estado yo a tu lado para aliviar en aJgo tu carga. Y tan grabada que tengo aquel la corn para– ción que hiciste sobre la ta11 tt1c110io11ada sup~ rioridad física del hombre ::;obre Ja 1nu,1er· LAURA, Apenas la recuerdo. ÜTILIA. Quiero conocerla, dila, dila. MATrLDE. Empezaste con énfasis y rebelión. Mentira, mil veces mentira es la superio– ridad física del hon1bre sobre la mujer. Si ellos exponen su vidaen la guerra en defen– sa de la patria, en cambio, las rnujeres la exponen en tiempo de paz en defensa de la raza. Si uno y otro salen heridos, ilesos o n1ueren en tal lucha ... eso sólo Dios lo sabe. ÜTILIA. En adclan te me tendrás a mí. MATILDE. ¡Qn6 trastornos en nuestras Yi– das!
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